Persiste en Cuba la crisis del efectivo para el cobro de salarios y pensiones de jubilados, o para una simple operación monetaria. Desde el oficialismo incentivan a priorizar a personas «vulnerables» en las colas de los cajeros automáticos de los bancos, pero también apuntan a que muchos se aprovechan de esto.

Un reporte del diario cienfueguero 5 de septiembre así lo detalla, en medio del triste panorama, de la presencia de mujeres con niños pequeños y personas con bastones o sillas de ruedas en los cajeros automáticos, como una escena común.

En Cienfuegos, refieren la presencia de mujeres con niños pequeños y personas con discapacidades físicas en los cajeros automáticos, como algo habitual.

Sin embargo, lo llamativo no es solo su frecuencia, sino la ubicación de estas personas en filas independientes, separadas de las multitudes que esperan efectivo, y muchas veces sin intención de acceder a la sucursal bancaria.

Este escenario evidencia una realidad compleja. Para los asalariados, obtener dinero en efectivo implica largas esperas, incomodidades nocturnas y, en ocasiones, la imposibilidad de cumplir el objetivo.

Bancarización, crisis de efectivo y cajeros en Cuba

La falta de comercios que acepten pagos digitales y el uso indebido de ciertos derechos empeoran esta situación, que llega a consumir días enteros del mes.

A esta problemática se suma el fenómeno de los «coleros» y de quienes, amparándose en su vulnerabilidad, exigen prioridad en los servicios.

Aunque las autoridades intentan controlar estas dinámicas, es frecuente ver filas adicionales de mujeres con niños en brazos y personas con discapacidades que insisten en ejercer su derecho de prioridad.

Esto plantea cuestionamientos sobre cómo equilibrar las necesidades de estos grupos con las de trabajadores que interrumpen sus jornadas laborales para acceder al dinero en efectivo.

Aunque los bancos disponen de sistemas para atender a personas con discapacidad y pensionados bajo reglas específicas, muchos prefieren los cajeros automáticos debido a la simplicidad de los trámites.

Sin embargo, no siempre se trata de necesidades legítimas, ya que en ocasiones estas prioridades son utilizadas como excusas para operar tarjetas ajenas.

La dependencia del efectivo en un contexto de creciente digitalización complica aún más el panorama.

Si bien muchos pagos no requieren dinero físico, su escasez afecta a consumidores y comerciantes. Lo del cobro del salario en Cuba en medio de la crisis de efectivo y la escasez del mismo en los cajeros en Cuba ya se pasa de la raya.