Dicen que en 1998 en la radio de Colombia solicitaban una canción con insistencia, una y otra vez. “Pongan la canción del idiota”, pedían en Radio Caracol, por supuesto la canción no se llamaba así, pero el estribillo sonaba que alguien en el amor era un idiota y fue lo que pegó.

La canción se llamaba “Un montón de estrellas”, y era de un cubano radicado en ese país hacía un tiempo, se había cambiado el nombre, y ahora en vez de Fernando Borrego, se hacía llamar “Polo Montañez”.

Había nacido un 5 de junio de 1955, en Candelaria, en el occidente de la Isla, pero en una localidad más rural de lo que suena, sus padres eran carboneros y él siguió su camino, además de irse a cortar caña o manejar un tractor.

Se dedicó a cultivar la tierra por lo menos hasta sus 43 años, cuando su música que hacía por distracción se internacionalizó gracias a la disquera Lusafrica-Recsa, cuando el ejecutivo José Da Silva lo contrató por 1999 al oírle cantar en un guateque en la Isla.

Fue sorprendido por la fama cuando menos lo esperaba, y la disfrutó bastante poco. Según el propio Polo Montañez, después de Cuba fue Colombia en donde acogieron su música y en donde lo convirtieron en estrella, a ese país, a sus ciudades le dedicó varios temas. Para Polo, Colombia era parte de él.

Según su biografía, durante sus cuatro años de carrera musical visitó en más de cinco ocasiones a Colombia para dar conciertos. Entre las canciones de Polo Montañez que siguen sonando están “Montón de Estrellas”, “Colombia”, “Si se enamora de mí”, “Guajiro Natural” y “Flor pálida”, que el boricua Marc Anthony ha rescatado e internacionalizar nuevamente.

Cuando su nombre iba en ascenso dentro de la música latinoamericana el 20 de noviembre de 2002 chocó en su vehículo, y se mantuvo luchando seis días en el Hospital Militar Carlos J. Finlay. Pero no rebasó el accidente y finalmente falleció, sino hubiese sido por esto, este día estaría cumpliendo 65 años el que siempre será recordado como “El Guajiro Natural”.

El complejo turístico y ecológico Las Terrazas, de Pinar del Río, donde residió los últimos años de su vida, actualmente es un museo a su memoria musical.

Cuentan que en Cuba en este día, varios repentistas cubanos rendirán homenaje desde las redes sociales al cantante y compositor pinareño, ese que bien recordaba en sus canciones “aunque yo sea guajiro natural, no te equivoques”.

Según el centro de Comunicación Cultural del Ministerio de Cultura de Cuba se sumarían al homenaje la Asociación Cultural Polo Montañez de la oriental ciudad de Holguín, que convocó a realizar de manera virtual el tradicional evento a nombre del artista organizado por la comunidad Las Terrazas, en la provincia de Artemisa.

El intérprete pinareño siempre será uno de esos ejemplos singulares en los que el talento nato es suficiente para alcanzar el estrellato, como también lo hizo en su momento Benny Moré.

Su discografía, en la que destaca su álbum “Guajiro natural”, lo llevó a la popularidad en Cuba y Colombia y le ganó seguidores en México, Ecuador, Costa Rica, Francia, Portugal, Holanda y Bélgica, entre otros países a nivel global.

Realizó más de 100 canciones las cuales perduran en el tiempo, como Un montón de estrellas, Guitarra mía, Regresaré o La última canción, esa que parece una despedida de la vida, como temiendo lo que iba a suceder.

Con su partida, la cultura cubana tuvo un enorme vacío, pero su obra quedó para siempre en el corazón y oído musical de todos los cubanos dentro o fuera de la Isla.