El ministro del Transporte de Cuba, Eduardo Rodríguez Dávila, informó en una conferencia de prensa que se evalúa la disminución de la movilidad de personas entre las cinco provincias occidentales, incluidos los desplazamientos hacia el balneario de Varadero. 

Desde Telebandera, canal municipal de Cárdenas en Matanzas, se informó que dentro de las medidas (que aún no se han oficializado todas) del Consejo de Defensa Municipal de Cárdenas se orientó el cumplimiento estricto de medidas para evitar más rebrotes del nuevo coronavirus en el occidente de la isla. 

Dentro de las medidas está la disposición del país de limitar el acceso a la playa de Varadero para clientes de otras provincias, en particular de la capital cubana y Artemisa. Además del uso obligatorio del nasobuco bajo cualquier circunstancia.

Sucede que la capital se ha vuelto un foco de rebrotes y los desplazamientos de habaneros hacia Varadero, con cifras elevadas, preocupa a la provincia de Matanzas que ya está en fase 3, mientras a La Habana la evalúan incluso para dar marcha atrás a algunas medidas. 

El peligro en Matanzas está latente según observaciones del gobierno de esa provincia, sobre todo en las playas, a partir de las visitas constantes visitas de personas de otros territorios a las playas y centros recreativos de Varadero, Ciénaga de Zapata y la ciudad capital. 

Según el semanario Girón de Matanzas, el mayor peligro se corre en Varadero, el principal balneario turístico del país con la visita de alrededor de 1000 visitantes diarios desde La Habana. 

El gobernador de Matanzas, Mario Sabines Lorenzo, dijo que vienen muchos bañistas a la Península de Hicacos, tanto en autos ligeros, de uso privado, como en transportes colectivos, lo que hace que el riesgo de rebrotes en Matanzas aumente cada día, por ello la necesidad de establecer medidas más estrictas respecto al límite de personas que llegan a Varadero. 

En especial se van a ver afectados con estas limitantes, los hoteles de la península que ya habían abierto y se estaban manteniendo a flote con el turismo nacional, en especial el procedente de la capital del país. 

Aunque los hoteles de Gran Caribe, según informan sus directivos, mantienen un control estricto de vigilancia, la toma de la temperatura, la desinfección de manos en varios puntos de los hoteles y la comunicación constante con los clientes por si presentan algún tipo de sintomatología respiratoria. 

Los hoteles de Cubanacán abiertos en la Península (Bella Costa,  Sol Palmeras, Tuxpan y Brisas del Caribe y el Royalton Hicacos) también asumen estrictas medidas higiénicas de allí que no se reporten todavía casos en ninguna instalación turística a pesar de que se han mantenido con bastante asiduidad de público. 

En el caso de La Habana, capital cubana, según los últimos reportes, se estudia incluso que se tomen medidas anteriores a la fase 1. 

“Si hay que ir atrás en algunas cosas lo haremos, pero no podemos permitir que siga avanzando la enfermedad en algunos lugares por negligencia”, dijo al país el gobernador de La Habana.