¿Qué alimentos está produciendo Cuba en medio de la pandemia?

Hace una semana, el dirigente cubano José Ramón Machado Ventura llamaba a incrementar la cosecha de maíz frente la crisis desatada por el nuevo coronavirus en Cuba. Además del maíz, el directivo presionaba en que se debía plantar más yuca, boniato y todo tipo de cultivo de siembra corta que se pudiera extender al pueblo en corto tiempo, debido a la pandemia, y que no se podría importar productos debido a que todos los países estarían en igual situación. 

“Hay que sembrar mucho más maíz (…) plantar yuca, boniato y todo tipo de cultivo posible para enfrentar la situación temporal del nuevo coronavirus, y crear las condiciones que lleven a la sustitución de importaciones de alimentos para seres humanos y animales”, señaló el diario Granma. 

El Instituto de Investigaciones de Viandas Tropicales (INIVIT), de Villa Clara, por su parte, estimula la producción de la variedad de pepino INIVIT P2007 que tiene un alto potencial de rendimiento y tolerancia a plagas y enfermedades.  

Ubicado en la antigua finca Las Carolinas, a 35 kilómetros de Santa Clara y a 250 de La Habana, el INIVIT aporta a la economía del país una base científico técnica en cuanto a la creación de raíces y tubérculos tropicales (yuca, boniato, ñame), plátanos, hortalizas y frutabomba. 

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El ñame por ejemplo, es un aliemnto que ha destacado el diario Granma, para tiempos de “contingencia”. 

Según el reporte “entre sus bondades está que es una reserva alimentaria de incalculable valor, debido a que, una vez sembrado, puede ser cosechado lo mismo a los ochos meses que a los dos años, y es una comida que está ahí en caso de sequía, ciclones y otros efectos del cambio climático”. 

Respecto al ñame también se explica que se trata de una planta muy noble, capaz de sobreponerse a los vaivenes de la naturaleza, en especial a la sequía, además de cosecharse en los meses en que más escasea la yuca, quien también alaba la durabilidad de la vianda una vez cosechada, la que puede llegar a perdurar hasta cinco meses. 

En Camagüey, por ejemplo, Daniel Iglesias Guzmán, jefe del subgrupo de Alimentos informó que se comenzó la comercialización paulatina de tres módulos de forma normada en las bodegas, con prioridad para los núcleos con adultos mayores.

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El primero de los módulos contiene una gallina sacrificada y pastas alimenticias; el segundo posee costilla y pata de res, así como un corte de ajiaco con calabaza, plátano y boniato; y el tercero incluye mortadela, un paquete de diez unidades de croquetas y paté de hígado. 

En Santiago de Cuba por ejemplo se enumeró en la línea de repostería cientos de paquetes de panqueques, mantecados, panecillos y de galletas dulces crujientes, en las dulcerías. Además se destacó el llamado «panqué redondo de Lázaro» con frutillas y ajonjolí, así como en el área de panadería los panes, palitroques y galletas de diferentes tipos. 

En otras líneas se aprecian barquillos para helados, mayonesa en pomo, galletas netamente de arroz, chicharritas de yuca, durofrío, caramelos de variados tipos, el turrón de coco, y el turrón con ajonjolí, pasta cubana con yuca y con boniato, pastas de maní y de ajonjolí, boniatillo, turrón de maní molido, tabletas de maní en grano, raspadura, guarapo, licores, vinagre y vinos. 

Según el gobierno, actualmente se gasta más de 200 millones de dólares en importación de productos que pueden producirse en Cuba. 

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“Ya llegó el momento de resolver esto, no solo por la situación actual, sino para coger rumbo y asumirlo como producción nacional”, dijo Machado Ventura en una reunión reciente. 

 

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