Gobierno cubano habilita nuevas cuentas para donaciones y crece la desconfianza ciudadana

El gobierno cubano anunció la apertura de nuevas cuentas bancarias para recibir aportes solidarios tras el paso del huracán Melissa, una decisión que ha generado críticas entre los ciudadanos, quienes reclaman transparencia y control en el uso de los fondos.

Nuevas vías, viejas dudas

El Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera comunicó en redes sociales que las donaciones podrán enviarse mediante instituciones financieras del país, entre ellas el Banco Internacional de Comercio. La nota no explicó por qué se amplían las vías de recaudación cuando otras entidades, como el Banco de Crédito y Comercio, ya habían habilitado mecanismos similares.

Tampoco se informó cuánto dinero se ha recibido ni cómo se verificará su destino. La ausencia de datos oficiales refuerza el escepticismo de una población que exige claridad sobre la gestión de los recursos.

Críticas por la falta de control y transparencia

En plataformas digitales, muchos cubanos expresaron su inconformidad ante lo que consideran una estrategia propagandística más que una solución real. Varias publicaciones recordaron casos anteriores en los que la ayuda internacional no llegó a los damnificados o fue desviada a instituciones estatales.

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“Queremos saber a quiénes ayudan, cuánto recaudan y en qué se usa”, escribió un usuario desde Holguín, reflejando el sentir general de desconfianza. Otros reclamaron la participación de grupos comunitarios o religiosos que puedan fiscalizar la distribución de los donativos.

Emergencia persistente en el oriente de la isla

El huracán Melissa dejó severos daños en Santiago de Cuba, Granma y Holguín, donde miles de personas siguen sin vivienda, electricidad ni acceso estable a alimentos o medicinas. En medio de esa emergencia, el anuncio oficial se percibe como insuficiente, al no acompañarse de resultados concretos ni informes públicos sobre la ayuda recibida hasta ahora.

Mientras la población intenta recuperarse con recursos limitados, la distancia entre la retórica del gobierno y la realidad de los afectados se hace cada vez más evidente.