En la última reunión del Consejo de Defensa de la provincia de Pinar del Río se discutió sobre la suspensión a partir de este lunes 22 de junio del requisito de la libreta de abastecimiento como instrumento de control y regulación de la venta de bienes de primera necesidad en los establecimientos de CIMEX y la Cadena de Tiendas Caribe.

“Realmente el CDP reconoce en estos momentos la mucha insatisfacción, incluso lo lamenta,  pero la población debe comprender que la medida fue en un momento coyuntural de la situación epidémica para controlar, en parte, que muchas personas inescrupulosas, como revendedores, especuladores y lucradores, arrebataran la mayor cantidad de los productos, pero a fin de cuentas fue una solución a medias, porque la disponibilidad de artículos tampoco aseguró a todos lo que necesitan y un gran segmento poblacional no ha podido llegarle”, argumentó desde su perfil oficial en la red social Facebook el periódico Guerrillero.

Según reconocieron las autoridades pinareñas los únicos territorios cubanos donde se llevó a cabo la iniciativa fueron Las Tunas y Pinar del Río, pero ante la eventual autorización de apertura a las ventas de todo tipo por divisa es imposible mantener un servicio cruzado de dos sistemas de venta con controles distintos.

“El deseo de las autoridades hubiera sido mantener la entrega ordenada, pero siempre sin la posibilidad de que alcanzara para todos, por el déficit que todos conocen a causa del bloqueo y la detención del sistema de importaciones internacionalmente, y se producirían las mismas insatisfacciones de ahora”, señala la publicación.

Como quiera que se trataba de una iniciativa para anular a “coleras” y revendedores, ante su eliminación se convoca a la “población honesta y los organismos de control, especialmente la policía” para seguir enfrentando esas manifestaciones. “No es permisible que una minoría perjudique a la mayoría y permitirlo por los propios ciudadanos que reciben el perjuicio”, concluye.

La idea de emplear la libreta de abastecimiento también en las tiendas recaudadoras fue una medida que se adoptó primeramente en Las Tunas, y perseguía el objetivo de garantizar una venta ordenada y sobre todo más justa.

La iniciativa enseguida obtuvo el respaldo mayoritario del pueblo pues evitaba el acaparamiento de unos pocos, y garantizaba una distribución más equitativa de los artículos de primera necesidad como el pollo, el jabón, el detergente, el aceite y la crema dental.