La crisis de combustible que afecta a Cuba está llevando a los conductores de La Habana a pasar hasta cinco días en filas interminables para abastecerse de gasolina. En redes sociales, muchos usuarios han denunciado la situación, compartiendo testimonios de desesperación y frustración ante la escasez y los elevados precios del combustible.

Días en las filas y colas organizadas por aplicaciones

Los conductores han bautizado estas interminables filas como “la cola seca”, ya que muchas veces permanecen por días en gasolineras que no reciben suministro. En puntos como el Cupet de La Alameda, conductores afirman que esperan más de cinco días sin éxito. “Se olvidaron del CUPET la Alameda, llevamos cinco días y cuatro noches esperando”, comentó un internauta en redes sociales.

Para intentar organizar estas colas, en algunas estaciones como G y 25, El Tángana y 17 y L, los ciudadanos han implementado sistemas a través de Telegram.

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Los usuarios deben enviar su número de chapa y el tipo de gasolina deseada para registrarse en un turno virtual. Según Pavel Bauzá Fusté, un trabajador del Ministerio de Relaciones Exteriores, en tan solo 20 minutos se registraron más de 3,000 personas en el grupo de Telegram del Cupet Tángana. Sin embargo, persisten las dudas sobre la efectividad de este sistema y la capacidad de abastecimiento.

Altos precios en el mercado informal

La escasez de gasolina no solo obliga a los conductores a largas esperas, sino que también dispara los precios en el mercado negro. Actualmente, el litro de gasolina se vende a 700 CUP, y algunas proyecciones indican que podría alcanzar los 1,000 CUP, como ocurrió durante el apagón masivo de octubre. Este incremento está impactando severamente a los conductores que no pueden costear estos precios.

Una crisis que afecta a toda la isla

Aunque La Habana es uno de los puntos más afectados, esta crisis se extiende a otras ciudades de Cuba, donde también se aplican restricciones y medidas para regular la venta de combustible. En lugares como Cienfuegos, las autoridades han limitado la cantidad de gasolina que los ciudadanos pueden adquirir, reflejando la gravedad del desabastecimiento a nivel nacional.

La combinación de largas colas, incertidumbre en el abastecimiento y precios desorbitados evidencia una crisis energética que sigue agravándose en la isla, dejando a miles de conductores sin opciones claras para resolver sus necesidades de transporte.