El anuncio ha sorprendido a viajeros, y dejó varados a cientos de personas en aeropuertos estratégicos. Muchos temieron la cancelación de rutas hacia destinos sensibles para la región.

Una aerolínea con fuerte presencia en Florida y conexiones hacia varios puntos del Caribe anunció el cese inmediato de todas sus operaciones este miércoles, desatando incertidumbre entre miles de pasajeros.

El comunicado fue publicado a medianoche en sus redes sociales y tomó desprevenidos tanto a empleados como a usuarios frecuentes de sus rutas. Las reacciones no se hicieron esperar.

El repentino cierre impacta directamente servicios esenciales desde terminales como Fort Lauderdale, Tampa y Orlando, afectando a viajeros que dependen de estas conexiones para llegar a múltiples destinos, incluidos algunos de gran interés para la comunidad cubana.

La compañía detrás del colapso

Silver Airways, con sede en Hollywood, Florida, fue la aerolínea que comunicó su cierre total a partir del 11 de junio. La empresa recomendó a sus clientes no acudir al aeropuerto y solicitó a quienes compraron boletos con tarjeta de crédito que tramiten sus reembolsos con los emisores correspondientes.

La medida paralizó decenas de vuelos y desató el caos en aeropuertos clave de la región, donde la aerolínea tenía una fuerte presencia. En Fort Lauderdale, por ejemplo, los mostradores fueron desmontados de inmediato y la aerolínea desapareció de los paneles de información.

Conexiones afectadas y trayectoria

Fundada en 2011, Silver Airways era conocida por sus rutas regionales. Operaba vuelos desde Florida a destinos como Puerto Rico, Bahamas, San Martín, San Cristóbal y Nieves, Islas Vírgenes y varios puntos dentro del estado, como Tallahassee, Tampa, Key West y Pensacola.

En abril pasado, transportó a más de 32 mil pasajeros desde Fort Lauderdale, lo que marcó un crecimiento del 31 % en comparación con 2024. Sin embargo, el impulso no logró revertir una prolongada crisis financiera.

Un cierre con antecedentes

La aerolínea ya se había acogido al Capítulo 11 de la ley de bancarrotas en diciembre de 2024. Declaró deudas iniciales por 100 millones de dólares, aunque informes judiciales las sitúan cerca de los 400 millones. Contaba con más de mil acreedores y sostenía sus operaciones con un préstamo de 5,7 millones otorgado por Wexford Capital.

El objetivo declarado era reestructurar y emerger fortalecida en el primer trimestre de 2025. Pero la reestructuración fracasó.

La subasta que nunca ocurrió

Silver había programado una subasta de activos para el 6 de junio. No acudió ningún postor. Ante esto, Wexford Capital tomó control total y decidió cerrar la aerolínea.

«En un intento de reestructurarse tras la quiebra, Silver realizó una transacción para vender sus activos a otro holding de aerolíneas, que lamentablemente ha decidido no continuar con las operaciones de vuelo de Silver», se explicó en el comunicado oficial.

El cierre fue ratificado judicialmente el mismo 11 de junio en Fort Lauderdale. El juez criticó duramente la gestión y lamentó no poder proteger a los empleados afectados, muchos de los cuales se enteraron del cierre por Instagram.

Vuelos cancelados y pasajeros sin soluciones

Se cancelaron al menos 50 vuelos de forma inmediata. Solo en Fort Lauderdale se suspendieron 14 conexiones y en Tampa más de 20.

A los pasajeros se les indicó no acudir a los aeropuertos. Aquellos que pagaron con tarjeta deben buscar reembolsos con sus bancos. Pero quienes usaron efectivo deberán declararse acreedores en el proceso de quiebra, lo que complica la posibilidad de recuperar su dinero.

Golpe a la conectividad regional

El fin de Silver Airways representa una pérdida importante para la conectividad de Florida con varias islas del Caribe. Muchas rutas eran exclusivas de esta aerolínea, como los vuelos Fort Lauderdale–Key West o Tampa–Pensacola.

Final de una aerolínea con 14 años de historia

Silver inició su actividad como un proyecto sólido de vuelos regionales. Se mantuvo como una de las pocas opciones confiables para llegar a destinos secundarios y turísticos.

Su desaparición deja al descubierto las dificultades que enfrentan las pequeñas aerolíneas: dependencia de inversionistas, baja rentabilidad y exposición a cambios abruptos en el mercado.