Lanzan misiles a una base militar que alberga tropas de EE.UU. en Irak

Hace solo unos minutos se ha producido a la base aérea Balad, situada a 64 kilómetros de la capital iraquí, Bagdad, un enclave militar que alberga tropas de los EE.UU., mientras que también se reportan lanzamiento de misiles en el área de Jadriya, la llamada “Zona Verde”, donde se localiza la sede diplomática estadounidense en ese país asiático, según informan medios como Reuters y RT, que a su vez citan al ejército iraquí.

“Varios misiles han sido dirigidos a la Plaza de la Celebración y el área de Jadriya en Bagdad, y a la base aérea Balad en la provincia de Salahuddin, sin pérdida de vidas. Más detalles por venir”, precisa el informe castrense, sin que hagan referencia a la autoría de los hechos, pues hasta este minuto nadie ha asumido la responsabilidad de los ataques.

Ya figuran en las redes las primeras imágenes que evidencian los resultados del ataque en la Zona Verde y muestran cómo quedó bloqueada la carretera que conduce a la embajada estadounidense, según indica el canal Sky News en Arabia.

“Los líderes de las Fuerzas de Seguridad no deben permitir que sus combatientes sean un escudo humano para los invasores”, ha difundido un comandante del comando de Operaciones Especiales de la milicia Kataib Hezbolá la cual había lanzado una advertencia a los militares iraquíes para que se alejaran de las bases estadounidenses a una distancia prudencial no menor de un kilómetro desde la noche de este domingo.

Al parecer se trata de la primera respuesta violenta de grupos armados tras el ataque con misiles ejecutado por Estados Unidos cerca del aeropuerto internacional de Bagdad, en el cual fue asesinado el importante general Qassem Soleimani, para muchos la segunda figura más importante dentro del país persa.

También murieron en el ataque estadounidense Abu Mahdi al Muhandis, jefe de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP) y el comandante de la milicia Kataib Hezbolá (KH), así como otras 10 personas.

El presidente de los Estados Unidos Donald Trump fue quien dirigió personalmente el ataque y según se dijo después “tenía como objetivo disuadir futuros planes de ataque iraníes” a la vez que se aseguró que Soleimani pretendía “desarrollar activamente planes para atacar a los diplomáticos y miembros del servicio estadounidenses en Irak y en toda la región”.

Tras el ataque norteamericano el presidente iraní, Hasán Rohaní, dijo que EE.UU. “no se da cuenta del gran error que ha cometido” y prometió que Teherán y otras naciones de la región “vengarán martirio de Soleimani”.

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