El gobierno de Cuba está dispuesto a aceptar más vuelos de deportación desde los Estados Unidos de migrantes cubanos, quienes han viajado a la frontera sur en números récord durante los últimos tres años, informó un alto funcionario cubano a CBS News en una entrevista exclusiva.

Después de una pausa de dos años, Estados Unidos reanudó los vuelos de deportación a la isla el año pasado. Desde entonces, ha estado enviando un vuelo con deportados cubanos a La Habana cada mes.

Sin embargo, en una entrevista con CBS News esta semana, el Viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, dijo que los funcionarios cubanos están dispuestos a acomodar más de un vuelo por mes.

«Estamos abiertos a tener más vuelos de deportación», dijo Fernández de Cossío, quien visitó Washington esta semana para reunirse con funcionarios de la administración Biden para la última ronda de conversaciones migratorias entre los dos países.

Asimismo, aseguró que “Estados Unidos ha solicitado tener más vuelos” y que Cuba respondió que sí.

Desde el comienzo del año fiscal 2021, Estados Unidos ha procesado a más de 450,000 migrantes cubanos en la frontera sur, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza. 

Deportación de migrantes cubanos

El flujo de migrantes cubanos a la frontera de EE. UU. ha disminuido desde el año pasado, cuando la administración Biden creó programas que han permitido a algunos cubanos volar legalmente a EE. UU. o presentarse en un cruce fronterizo oficial.

En la entrevista de esta semana, Fernández de Cossío culpó al éxodo de Cuba en los últimos años al embargo de EE. UU. y otras políticas estadounidenses, incluyendo la Ley de Ajuste Cubano de los años 60, que creó un camino especial hacia la residencia permanente en EE. UU. para ciertos migrantes cubanos. Pero, solo el Congreso puede cambiar esa ley.

El gobierno cubano mediante su Cancillería pidió también la devolución de todos los inmigrantes irregulares que han llegado a territorio estadounidense desde 2017. 

Sin embargo, de Cossío no reconoció “que la mala gestión económica y las políticas represivas de La Habana también hayan impulsado a los cubanos a huir de la isla”, como ha argumentado el gobierno de EE. UU.