En 2023, un total de 242.342 extranjeros lograron obtener la nacionalidad española por residencia, duplicando la cifra registrada el año anterior. 

Esta notable alza ha permitido reducir significativamente el número de solicitudes pendientes, aunque aún superan las 200.000, señala un reporte de la agencia EFE citado por Infobae.

Estos datos, proporcionados por el Ministerio de Justicia, reflejan el impacto de los planes de choque implementados para desbloquear el atasco de cientos de miles de solicitudes en espera de tramitación.

Desde 2018, en un período de seis años, 875.757 personas han adquirido la nacionalidad española por residencia. 

Este estatus puede ser solicitado tras más de diez años de residencia legal y continuada. Sin embargo, para los refugiados, el requisito se reduce a cinco años, y para los originarios de países iberoamericanos y otros históricamente cercanos a España, solo se exige dos años.

A pesar de estos avances, la entrada de peticiones no cesa. En 2023, se registró la cifra más alta de los últimos años, con 194.753 solicitudes. Al finalizar el año, quedaban pendientes 218.237 expedientes, algunos de ellos presentados hace ocho años, destaca el citado artículo.

NACIONALIDAD ESPAÑOLA

Por países, el grupo más numeroso de beneficiarios procede de México (23.571), seguido de Colombia (18.343), Venezuela (9.129), Argentina (5.137), Israel (3.935), Estados Unidos (2.322), Panamá (2.053), Ecuador (1.217), Brasil (1.099) y Turquía (1.014).

Además de la residencia, en España también se puede obtener la nacionalidad española por carta de naturaleza, una decisión discrecional del Gobierno que benefició a 785 personas en 2023. 

También se puede adquirir por origen, si el padre o la madre son españoles o nacidos en España; por posesión de estado, si se ha utilizado la nacionalidad española durante diez años de buena fe; y por opción, para quienes han estado sujetos a la patria potestad de un español o cuyo padre o madre hubieran sido españoles y nacidos en España.

En 2015, se aprobó una vía especial para que los descendientes de los judíos expulsados de España en el siglo XV pudieran optar a la nacionalidad, sin necesidad de haber residido nunca en España y sin tener que renunciar a su nacionalidad original.