Díaz-Canel prueba los nuevos Moskvich que se usarán de taxis en ruta turística Habana-Varadero

En una parada más de su gira por Rusia, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel hizo una escala en el túnel del tiempo: visitó la mítica y remozada fábrica de automóviles Moskvich en la capital rusa. Una parada que no fue casual porque pronto muchos de esos autos serán taxis en una ruta turística entre La Habana y Varadero.

Allí, entre motores brillantes y discursos políticos, el mandatario cubano probó y comprobó la calidad de estos autos que pronto recorrerán las calles de La Habana y el balneario cubano de Varadero, aunque, claro, solo para quienes paguen en moneda fuerte.

Mientras en Cuba tomar un taxi puede parecer más difícil que conseguir pan caliente, el Gobierno apuesta por una flota de taxis Moskvich que, según anuncian, «revitalizarán el servicio». ¿La novedad? Estarán exclusivamente destinados al sector turístico, ese mismo que viaja en aire acondicionado y carros nuevos.

Durante su visita, Díaz-Canel elogió la «fortaleza» de los Moskvich, recordando que en Cuba aún ruedan algunos modelos, gracias al heroísmo mecánico de cubanos que, con más ingenio que piezas originales, logran mantenerlos vivos.

En homenaje a esa resistencia tropical, el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, regaló, según la oficialidad, diez autos Moskvich 6 para «servicios sociales».

Canel y los taxis Moskvich

Pero el plato fuerte viene en la primera fase del proyecto: 50 vehículos nuevos, mitad de combustión, mitad eléctricos, que serán gestionados por una empresa mixta ruso-cubana.

También el intercambio entre ambas naciones, que Canel constató en su visita a los taxis Moskvich, promete mantenimiento, piezas de repuesto y capacitación. Todo está listo, menos el detalle de que el cubano promedio siga esperando por una guagua, más o menos decente y menos de 3 horas en una parada.

Según el medio oficialista venezolano, Telesur, este es un «avance clave» en la transportación en Cuba. Pero lo cierto es que estos taxis parecen más bien parte de un museo viviente de la era soviética, con acceso limitado para quienes pagan en pesos cubanos.

Porque en Cuba, el cambio viene sobre ruedas… pero solo si traes euros o dólares y puedes pagar la comodidad de estos taxis que pronto se verán en las calles de la isla, entre La Habana y Varadero.