El colapso parcial de un edificio multifamiliar en el municipio Habana Vieja provocó la muerte de tres personas. Entre las víctimas se encuentra una niña, según confirmó el perfil oficialista Ransel Londres en redes sociales.
La tragedia ocurrió en plena madrugada
El derrumbe se produjo en la dirección Monte 722, entre Rastro y Carmen, en una zona densamente habitada del centro histórico de la capital. Poco antes de que se confirmaran las muertes, se había informado que fuerzas del Cuerpo de Bomberos y la Policía Nacional Revolucionaria trabajaban intensamente en el lugar para rescatar a tres personas atrapadas entre los escombros.
Al sitio acudieron también autoridades del Partido Comunista, el Gobierno local, así como vecinos y miembros de la comunidad que intentaban colaborar en las labores de rescate. Hasta el momento no se ha informado oficialmente la identidad de las víctimas ni el número total de personas afectadas.
Una situación cada vez más crítica
Este nuevo colapso no es un hecho aislado. Se suma a una larga serie de derrumbes que, año tras año, dejan muertos y familias damnificadas en barrios como Centro Habana y La Habana Vieja. La mayoría de los inmuebles afectados son construcciones antiguas con décadas de abandono y sin mantenimiento estructural.
En esas zonas históricas, el deterioro del fondo habitacional es alarmante. Muchas viviendas muestran grietas profundas, techos con peligro de desplome, columnas inestables y condiciones que, lejos de mejorar, se agravan con cada temporada de lluvias.
Inversión desigual y abandono habitacional
Mientras miles de familias habitan edificios a punto de colapsar, el gobierno prioriza la construcción de hoteles de lujo, a menudo en las mismas cuadras donde residen personas sin acceso a reparaciones mínimas. La expansión turística no se ha traducido en mejoras reales para los habitantes de estos barrios, que ven aumentar la infraestructura hotelera sin que eso implique beneficios en salud, vivienda o servicios básicos.
Esta política de desarrollo urbano ha generado un contraste cada vez más marcado entre los nuevos complejos turísticos y las viviendas en ruinas. Para muchas familias, la única realidad es convivir a diario con el miedo a morir aplastados por su propio techo.
Monte 722: otra tragedia anunciada
La madrugada de este sábado dejó tres nuevas víctimas. Pero más allá del impacto inmediato, el caso de Monte 722 vuelve a exponer la fragilidad de un sistema habitacional en crisis y la falta de respuestas efectivas. Cada derrumbe deja dolor, pero también evidencia la necesidad de cambiar prioridades y de actuar con urgencia.
Mientras no haya un compromiso real por parte de las instituciones para rescatar el fondo habitacional, estas tragedias seguirán repitiéndose. Y con cada nueva víctima, se agranda la deuda del país con quienes viven en condiciones de riesgo.
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4 comentarios
Esto ocurre hace años aquí mismo en playa dónde vivo hace más de 6 días se está tratando de localizar a los que atienden el gas licuado por una fuga de gas y no cogen el teléfono, yo en lo particular e insistido varias veces por gusto, los bomberos los llamé y no prestaron atención cuando lo hice a la PNR me dijeron simplemente no ciudadana nosotros no atendemos eso, ni el esfuerzo por ellos localizar a los del gas, así de simple, luego vienen las tragedias y lamentaciones y a pedir a cuenta de las victimas del accidente que se puso evitar pues son 3 instituciones y ninguna respondió
Para que dar opinión si no se toman medidas
Seguirán los derrumbes y lo que es peor:
Seguirán las muertes
Sin palabras……
y mientras tanto mas hoteles de lujo y la poblacion que mas de lo mismo
y mientras tanto mas hoteles que decir a buen entendedor