La Empresa estatal TabaCuba informó de la venta de autos Mercedes Benz para productores tabacaleros en Cuba: ¿estímulo o privilegio? En Cuba, seis destacados productores de tabaco recibieron esta semana la posibilidad de adquirir automóviles nuevos, como parte de una iniciativa impulsada por el Grupo Empresarial Tabacuba.
La entrega, realizada en un acto oficial, buscaría incentivar la producción tabacalera y promover la participación de los productores en la cadena de valor de uno de los sectores más lucrativos para la economía cubana.
El evento contó con la presencia del vicepresidente logístico de Tabacuba, Odelbis Carrazana Lorenzo, y del gerente general de Mercedes Benz en Cuba, Ayman Makron Sadek, quienes resaltaron la importancia de la colaboración para el desarrollo del sector.
Durante la ceremonia, especialistas de la compañía alemana ofrecieron explicaciones técnicas sobre el funcionamiento de los vehículos con el objetivo de garantizar su correcta puesta en marcha.
La medida fue presentada como un reconocimiento a los llamados “destacados”, en un sector que genera más de 100 millones de dólares anuales para el país mediante la exportación de habanos.
Sin embargo, el gesto contrasta con la realidad nacional, donde médicos, maestros, ingenieros, científicos y trabajadores de múltiples sectores carecen de ingresos suficientes para acceder a bienes básicos, mucho menos a un automóvil.
En un país donde tener un carro propio sigue siendo un lujo reservado para una élite, esta entrega refuerza la desigualdad estructural.
El contraste se hace aún más evidente al recordar que Manuel Marino Murillo Jorge, presidente de Tabacuba, afirmó recientemente en la televisión nacional que su entidad trabaja para mejorar las condiciones de vida de los productores de tabaco.
No obstante, en ningún momento se refirió a garantizar salarios justos en un sector estratégico que genera millones al año en exportaciones.
La entrega de autos a productores tabacaleros, más que un avance real, parece un gesto mediático que refleja las profundas contradicciones del sistema cubano.
Es penoso que se estimule por la producción de tabaco para exportar mientras el pueblo ( gran consumidos de cigarros ) tiene que pagarlos en el mercado negro a precios millonarios. Yo no siento orgullo como cubana, siento indignación y vergüenza. ¿ A donde iremos a parar ?
Si tienen para comprarlo!! cual es la crítica, no quieren cambios ?? jjjjjj