Hasta 1200 pesos por una libra de cerdo en Cuba y casas en venta por la desesperanza, justo para emigrar a cualquier parte: España, Uruguay, Brasil, etc. Ese es el panorama actual que enfrentan las familias cubanas en medio de una crisis alimentaria cada vez más profunda. La inflación no solo golpea al precio de la carne de cerdo, considerada un alimento esencial en la dieta de la isla, sino también a todos los productos básicos.
En los mercados de La Habana, Santiago y otras provincias, una libra de cerdo puede costar entre 900 y 1.200 pesos, según reportan los propios consumidores.
“Con mi salario de maestro, apenas puedo comprar dos libras al mes, y eso dejando de comprar otras cosas”, comentó Manuel, residente en la capital.
El incremento de precios no se limita a la carne. El arroz supera los 300 pesos por libra, los frijoles rondan los 500, un litro de aceite puede alcanzar los 2.000 pesos y el cartón de huevos ya sobrepasa los 3.500.
“Es imposible vivir, el dinero no alcanza ni para una semana”, señaló Rosa, madre de tres hijos en Santiago de Cuba.
El dólar y el euro suben en Cuba y disparan el precio del cerdo y otros alimentos
El salario medio en la isla, que según la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) es de 6.649 pesos, equivale a apenas 15,83 dólares al cambio actual del mercado informal.
Mientras tanto, el euro alcanzó los 470 pesos y el dólar llegó a 420, con un incremento de 20 unidades en apenas un mes, lo que dispara aún más la inflación.
El Observatorio de Monedas y Finanzas (OMFi) advirtió recientemente que el mercado cambiario informal atraviesa una fase de incertidumbre, con dos tendencias posibles: la estabilización del dólar entre 410 y 414 pesos, o una caída a 395.
Sin embargo, los cubanos de a pie no sienten alivio alguno. La devaluación del peso y el encarecimiento de la comida se traduce en hambre, sacrificios y desesperanza.
Con los precios fuera de control y el poder adquisitivo desplomado, muchos ciudadanos han optado por vender sus casas y pertenencias para sobrevivir, mientras crece la incertidumbre sobre el futuro económico y alimentario de Cuba.