No importa si tienes papeles o estás legal: ahora los Inmigrantes con documentos en regla temen ser detenidos tras fallo de la Corte Suprema en Estados Unidos.
El nuevo fallo de la Corte Suprema ha encendido la alarma entre inmigrantes que cuentan con residencia legal o incluso ciudadanía, pero que temen ser detenidos en redadas del ICE. Aunque tengan documentos en regla, muchos sienten que ahora la apariencia física, el idioma o el lugar donde trabajan pueden convertirse en motivo de sospecha.
Un fallo que cambia la percepción de seguridad para los inmigrantes con papeles
La decisión del tribunal, tomada el 8 de septiembre, autoriza la continuidad de patrullajes migratorios en California que habían sido frenados por cortes inferiores. Esos tribunales habían considerado que detener a personas basándose en su etnia, el idioma que hablan o el simple hecho de estar en un lugar frecuentado por inmigrantes violaba la Constitución.
Con el fallo de la mayoría conservadora, esas limitaciones desaparecen y el gobierno de Donald Trump tiene vía libre para reforzar operativos que críticos describen como “patrullas ambulantes”. Para activistas y migrantes, la medida envía un mensaje claro: incluso los que están en regla no están a salvo.
Portar documentos como defensa cotidiana
César, estudiante en la Universidad de Georgetown y titular de una green card, admitió que ahora carga siempre con su residencia. “Si la pierdo, hay consecuencias graves, pero si no la tengo encima, temo quedar atrapado en una redada”, relató.
Historias como la suya se repiten entre residentes legales y ciudadanos estadounidenses de origen latino. La idea de tener que mostrar “papeles” en cualquier momento recuerda a muchos épocas de discriminación abierta.
¿Un cheque en blanco para la discriminación?
Para abogados de inmigración, el fallo equivale a legalizar prácticas de perfil racial. “Nos convierte en una nación donde la apariencia y el lenguaje bastan para convertir a cualquiera en sospechoso”, advirtió Jennifer Bade, abogada en Boston.
Las críticas señalan que el tribunal abrió una puerta peligrosa: no se trata solo de indocumentados, sino de toda persona que pueda “parecer” extranjera. Ese margen de interpretación, dicen, facilita abusos y normaliza la discriminación.
Reacciones del gobierno y del ICE
El Departamento de Seguridad Nacional celebró la decisión como una victoria para “la seguridad y el estado de derecho”. Su portavoz aseguró que las fuerzas del orden seguirán enfocándose en “delincuentes peligrosos, pandilleros y asesinos”.
Pero los testimonios en ciudades como Los Ángeles y Washington muestran que la práctica va más allá. Ciudadanos naturalizados afirman que han sido detenidos temporalmente por hablar español o por su apariencia, lo que refuerza la percepción de arbitrariedad.
Precauciones y temor en la vida diaria incluso de los inmigrantes con papeles
Andrea, una venezolana residente en la capital estadounidense, relató que ella y sus amigos evitan hablar español en público. “Hoy somos nosotros; mañana, ¿a quién van a señalar?”, se preguntó.
En Los Ángeles, Francisco Moreno, ciudadano naturalizado, dijo que carga con su certificado de ciudadanía “porque no sé si me van a parar solo por ser moreno o hablar español”.
El trasfondo político
El fallo llega en un contexto de endurecimiento migratorio. Trump ha ordenado reforzar la presencia federal en ciudades como Chicago, Boston y Washington, y ha prometido desplegar a la Guardia Nacional en Memphis.
Para millones de inmigrantes, la vida cotidiana ahora implica mirar por encima del hombro, incluso cuando tienen documentos legales en regla. Lo que antes parecía un simple trámite burocrático es ahora un escudo indispensable frente a la posibilidad de detenciones en una redada del ICE.