El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) confirmó que más de 150,000 ciudadanos estadounidenses han solicitado también incorporarse a sus filas para participar en la expulsión de migrantes indocumentados.
El dato refleja una respuesta masiva a la convocatoria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS). Esto ocurre en un contexto político donde la inmigración vuelve a ocupar un lugar central en la agenda.
Reclutamiento con alto interés ciudadano
De acuerdo con la secretaria del DHS, Kristi Noem, ya se han emitido más de 18,000 ofertas de trabajo provisionales.
La funcionaria subrayó que la respuesta muestra el interés de miles de estadounidenses en colaborar con la defensa de la nación y en apoyar los operativos de expulsión contra los “delincuentes extranjeros ilegales”.
Los incentivos que ofrece ICE
Para impulsar esta campaña de reclutamiento, ICE ha diseñado un paquete de beneficios económicos y laborales dirigido a atraer a los candidatos. Entre ellos destacan:
- Bono de firma de hasta 50,000 dólares.
- Programas de condonación de préstamos estudiantiles.
- Pago adicional del 25% para agentes especiales de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional.
- Horas extras garantizadas para oficiales de deportación.
- Mejores beneficios de jubilación.
La agencia sostiene que estas medidas buscan fortalecer la capacidad operativa ante delitos vinculados a la inmigración ilegal. También quieren garantizar una respuesta rápida en los casos de mayor impacto.
El trasfondo político y social
El anuncio llega en medio de un debate nacional polarizado. Para algunos sectores, el aumento de personal en ICE representa una acción necesaria para garantizar la seguridad interna. Para otros, es una estrategia que refuerza el discurso de criminalización de los migrantes y eleva la tensión en comunidades vulnerables.
Además del aspecto patriótico que resalta el gobierno, los incentivos económicos parecen jugar un papel clave. Buscan atraer a decenas de miles de ciudadanos dispuestos a ingresar a un campo de alto riesgo y responsabilidad.
Lo que está en juego
Más allá de la cifra récord de solicitudes, el fenómeno plantea interrogantes sobre el futuro de la política migratoria. Además, se cuestiona el impacto de incorporar a tantos nuevos agentes a una institución que ya genera fuertes divisiones en la opinión pública.
ICE apuesta a consolidar su imagen como garante de la seguridad nacional. Mientras tanto, sus críticos alertan sobre posibles abusos y un endurecimiento en la aplicación de leyes.