Huevos en Cuba: De la abundancia a la escasez. La isla depende ahora de las importaciones

Hace apenas una década, los huevos sobraban en los mercados cubanos. En 2015, el cartón de 30 unidades costaba 33 pesos cubanos, apenas un poco más de un peso convertible. Hoy, conseguir un simple cartón se ha convertido en un lujo.

De producto básico a artículo de lujo

Durante años, el huevo fue la proteína más accesible para millones de familias. Era barato, fácil de almacenar y una alternativa frente a la falta de carne o pescado. En cualquier mercado estatal se vendía “a patá”, como decían los cubanos, y nadie imaginaba que ese alimento cotidiano se convertiría en un bien escaso.

Una década después, la realidad es otra. El mismo cartón que costaba 33 pesos ahora supera los 3.500 en el mercado informal. Con el tipo de cambio actual, equivale a unos ocho dólares, una cifra que pocos pueden pagar en un país donde el salario medio ronda los 6.500 pesos cubanos. Y el dólar tiene un valor de 445 pesos.

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Cuba compra 65 millones de huevos al mes

Ante la incapacidad del campo cubano para sostener la producción, el gobierno ha recurrido a importaciones masivas desde República Dominicana. Según datos del propio sector avícola dominicano, Cuba compra alrededor de 65 millones de huevos cada mes, equivalentes a más de 43 millones de dólares anuales. El detalle más que anecdótico biene a ser decepcionante. ¿Qué tiene República Dominicana que no tenga Cuba? ¿Cómo un país puede empeorar tanto en tan poco tiempo?

Lo cierto es que, aunque cuestionable, la operación ha sido vital para los productores de la vecina isla, que perdieron el mercado haitiano tras la crisis diplomática entre ambos países.

“Si esa puerta se cierra, perderíamos uno de los pilares que sostiene la estabilidad actual de la industria”, advirtió Fabio Baba, productor dominicano durante el encuentro técnico “Protejamos Nuestra Avicultura”, celebrado en Santiago de los Caballeros.

Un negocio que beneficia a Dominicana

República Dominicana se ha consolidado como uno de los mayores exportadores de huevos del Caribe y Centroamérica. Un 20% de su producción anual —unos 820 millones de unidades— se destina al comercio exterior. Con un precio de apenas 0.16 dólares por unidad, los productores dominicanos ofrecen una de las tasas más competitivas de la región.

Las principales granjas exportadoras —Jarabacoa, Endy Agroindustrial, Joselyn y Pronaui— cuentan con más de medio millón de aves cada una. Esta infraestructura industrial, apoyada por una producción tecnificada, garantiza precios estables y una capacidad de respuesta que Cuba no puede igualar.

El colapso del sistema productivo cubano

En Cuba, la crisis agrícola y la falta de alimentos balanceados para las gallinas han reducido la producción nacional a niveles mínimos. Sin maíz, sin soya y sin energía eléctrica constante, la mayoría de las granjas estatales no logra sostener el ciclo productivo.

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Desde mayo de 2024, la libreta de racionamiento distribuye solo cinco huevos mensuales, y únicamente a mujeres embarazadas. El resto de la población depende del mercado informal o de los precios impuestos por mipymes importadoras, cuando logran traer el producto.

Un alimento esencial convertido en símbolo del declive

El huevo, considerado durante décadas la proteína del pobre, hoy refleja el deterioro del sistema económico cubano. Lo que antes era un alimento presente en cada desayuno, ahora escasea incluso en los hospitales y los comedores sociales.

En los barrios, muchos recuerdan que hace diez años los huevos se vendían sin límite y se usaban para todo: dulces, tortillas, croquetas o natillas. Hoy, con precios que quintuplican el salario diario de un trabajador, comprar un cartón completo parece una hazaña.

Los productores dominicanos piden cuidar el mercado cubano

Para los avicultores dominicanos, Cuba es ahora un cliente estratégico. Representantes de la Asociación Nacional de Productores de Huevos (ASOHUEVOS) han pedido a su gobierno proteger esa relación comercial. Temen que los impagos o los retrasos burocráticos del lado cubano afecten un flujo que sostiene miles de empleos en su país.

El comercio avícola entre ambas naciones simboliza dos realidades opuestas: una República Dominicana con un sector productivo eficiente y en expansión, y una Cuba donde la autosuficiencia alimentaria es apenas un recuerdo.

¿Cómo es posible que un país que antes producía para exportar no pueda hoy garantizar los huevos para su propio pueblo? Esa pregunta sigue sin respuesta, mientras el cartón de 30 unidades se mantiene fuera del alcance de la mayoría de los cubanos.

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