Ex Ministro, Marino Murillo vende primer lote de 150 tractores a tabacaleros cubanos en MLC. Más detalles de inmediato. El Grupo Empresarial Tabacuba, dirigido por Marino Murillo Jorge, exresponsable de la “Tarea Ordenamiento”, anunció la entrega del primer lote de 150 tractores YTO 904 a productores de Pinar del Río y Artemisa, bajo un esquema de pago en Moneda Libremente Convertible (MLC).
Estos equipos agrícolas, de fabricación china, forman parte del plan estatal para modernizar la producción tabacalera y mejorar la eficiencia en el campo.
Según la propia entidad, el objetivo es dotar a los productores de “tecnología moderna” que impulse las exportaciones de tabaco, uno de los rubros más rentables para el Estado cubano.
Sin embargo, la medida ha generado malestar entre los campesinos, quienes deberán pagar los tractores con parte del MLC que el propio gobierno les retiene por la venta de sus cosechas en el exterior.
Este mecanismo, presentado oficialmente como un “estímulo”, ha sido criticado por los productores al considerarlo un sistema cerrado que les impide disponer libremente de las divisas que generan.
Durante este año, Tabacuba prevé vender 300 tractores YTO 904, todos bajo el mismo esquema en divisas. En junio, la empresa había ofertado un lote inicial de 13 equipos a 26 000 dólares cada uno, un precio casi tres veces superior al valor de mercado internacional.
La estrategia de Murillo se enmarca en una política que prioriza el sector tabacalero frente a otras áreas de la agricultura, en un país donde escasean los alimentos, el combustible y los insumos básicos. En septiembre, el funcionario inauguró además una tienda en MLC exclusiva para los vegueros, con productos como machetes, cemento y piezas de repuesto, disponibles únicamente en esa moneda.
Aunque el gobierno sostiene que estas medidas buscan fortalecer la exportación, numerosos usuarios en redes sociales las califican de operaciones para absorber el MLC generado por los productores, sin resolver los problemas estructurales del agro cubano.
Mientras tanto, la agricultura alimentaria continúa relegada, acentuando la desigualdad entre sectores y evidenciando la falta de incentivos reales para los campesinos.