«Vivito y coleando»: el perrito abandonado durante las evacuaciones por el huracán Melissa

Reaparece Yoni, el perro que conmovió a Cuba tras el huracán Melissa.

Durante días, su imagen dio la vuelta a la isla y encendió un debate nacional sobre el abandono y la empatía. Hoy, el perro conocido como “Yoni del Cauto” vuelve a aparecer, vivo y acompañado de su familia.

El reencuentro tras la tormenta

La organización Bienestar Animal Cuba (BAC-Habana) confirmó en redes sociales que el animal sobrevivió y se encuentra bajo cuidado. En un video difundido esta semana se observa a Yoni junto a Leonardo, el niño que se identificó como su dueño.

El hallazgo pone fin a semanas de incertidumbre y rumores. Según detalló la agrupación, el perro se quedó solo cuando su tutor fue evacuado por el paso del huracán Melissa en la zona del río Cauto, en Granma. Luego fue recogido por un familiar, pero volvió a quedar sin compañía cuando esa persona también tuvo que marcharse.

Pese a todo, resistió las lluvias, el hambre y la soledad. Su reencuentro ha sido celebrado por cientos de cubanos que siguieron su historia desde las primeras publicaciones en redes.

Una historia que expuso heridas colectivas

El caso de Yoni trascendió lo anecdótico. Su imagen, captada por medios locales durante las evacuaciones, despertó una ola de críticas hacia la forma en que se trató el episodio. Muchos usuarios consideraron que la publicación oficial, titulada “El dolor de la partida”, romantizaba el abandono del animal en medio del desastre.

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La fotografía del perro mirando al helicóptero que evacuaba a su familia se convirtió en símbolo de un malestar más profundo: el contraste entre la insensibilidad institucional y la solidaridad ciudadana. Miles de personas se unieron para exigir pruebas de vida y ofrecieron apoyo para rescatarlo.

El poder de las redes frente al silencio oficial

Desde el primer momento, Bienestar Animal Cuba insistió en conocer el paradero del perro. Las autoridades callaron, pero las redes se llenaron de mensajes, campañas y debates.

Lo que comenzó como una simple imagen terminó revelando la fuerza de una sociedad civil que, a pesar de la censura y la desinformación, logra organizarse cuando siente que algo es injusto.

BAC recordó que “Yoni es un perro comunitario con tutores identificados”, y agradeció la colaboración de quienes ayudaron a reconstruir su historia. En su mensaje final, la organización celebró que el caso “termine bien y que Yoni nunca vuelva a quedarse solo”.

Más que un perro, una lección colectiva

El regreso de Yoni representa mucho más que una historia de supervivencia animal. Para muchos cubanos, fue la muestra de que la empatía aún resiste entre la indiferencia cotidiana.

El episodio también evidenció la fragilidad de los mecanismos de protección animal en el país. Mientras los medios oficiales siguen evitando estos temas, la ciudadanía ha demostrado que la compasión puede mover tanto como la política.

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La historia de Yoni no se olvidará pronto. Fue el reflejo de una Cuba donde, incluso en medio del desastre, todavía hay quienes se detienen a mirar a un perro bajo la lluvia y sienten que su suerte también importa.

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