Las autoridades migratorias de Estados Unidos avanzan hacia un sistema de control más estricto en los puntos de entrada y salida. El anuncio reciente apunta a un cambio que afectará a quienes viajen al país o regresen con residencia permanente.
La medida aparece en un contexto de mayor uso de tecnología para verificar identidades. La administración actual insiste en que la biometría ofrece mayor precisión que los métodos tradicionales.
A partir del 26 de diciembre de 2025 entrará en vigor la nueva regla definitiva del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos. La disposición quedó inscrita en el Registro Federal a finales de octubre y continuará abierta a comentarios públicos hasta el 26 de noviembre, según confirmó la propia agencia.
Revisión biométrica ampliada
El programa autoriza a Aduanas a recopilar datos biométricos faciales de todos los no ciudadanos que entren o salgan por aeropuertos, fronteras terrestres, puertos marítimos y otros puntos habilitados. La ampliación elimina exenciones previas, incluidas las que favorecían a diplomáticos y a la mayoría de visitantes canadienses.
La verificación biométrica también se aplicará a nuevas modalidades de viaje. Entre ellas destacan la salida por mar, los aviones privados, la entrada y salida en vehículos y el cruce peatonal en pasos fronterizos terrestres. El documento oficial explica que la intención es consolidar un sistema integral de entrada y salida que permita detectar con más rapidez cualquier irregularidad migratoria.
Un cambio basado en seguridad y antecedentes
La medida retoma lineamientos asociados a la orden ejecutiva emitida en 2017 durante el primer mandato de Donald Trump. Esa directriz buscaba acelerar el desarrollo de un sistema biométrico nacional. Funcionarios de Aduanas afirman que el reconocimiento facial añade una capa adicional de seguridad y facilita la detección de antecedentes, posibles amenazas o uso de documentos fraudulentos.
La agencia sostiene que este sistema ayudará a identificar estancias superiores al tiempo permitido y casos de reentrada ilegal tras una expulsión previa. La funcionaria Diane J. Sabatino señaló que el aumento de recursos permitirá ampliar la tecnología de verificación y mejorar los procesos en los distintos puntos fronterizos.
Qué implica para ciudadanos y residentes
Aduanas aclara que los ciudadanos estadounidenses no están obligados a someterse a esta verificación. Sin embargo, pueden participar de manera voluntaria al entrar o salir del país. Quienes prefieran evitarla pueden solicitar una revisión manual de su pasaporte a un oficial de CBP o a un representante de la aerolínea.
En el caso de los residentes permanentes con green card, la norma sí se aplicará de forma obligatoria. La agencia explica que los datos recolectados se integrarán al sistema del Departamento de Seguridad Nacional, donde se emplean para detectar entradas ilegales, procesar beneficios migratorios, apoyar investigaciones federales y facilitar los viajes legítimos.
La normativa detalla que los datos biométricos incluyen huellas dactilares, patrones del iris y rasgos faciales capaces de generar coincidencias automatizadas. Aunque ya se usan en distintos programas migratorios, la nueva regla unifica estos elementos en un sistema más amplio.
La implementación del programa marcará uno de los cambios más significativos en el control fronterizo de la última década. Su puesta en marcha coincidirá con la temporada de fin de año, cuando aumenta el movimiento de viajeros en aeropuertos y pasos fronterizos.
