Los recientes debates televisivos sobre la situación monetaria del país introducen una pista clara sobre el rumbo económico inmediato. Las autoridades económicas confirmaron en Cuadrando la Caja que el enfoque tradicional para sostener el valor del peso cubano ya no es viable en el escenario actual.
En esta emisión participó el director de Políticas Macroeconómicas del Banco Central de Cuba, Ian Pedro Carbonell Karell, quien abordó uno de los puntos más esperados por la población: la propuesta de un régimen cambiario flexible. El concepto, aunque técnico, apunta a un cambio visible en la manera en que se fijará el precio del dólar dentro del sistema financiero oficial.
La apuesta por un mercado cambiario diferente
Carbonell explicó que las instituciones financieras asumirán un rol más activo, basado en operaciones reales de compra y venta entre población y entidades autorizadas. El objetivo declarado es dejar atrás el esquema rígido que intentó sostenerse con reservas internacionales que hoy no existen en la magnitud necesaria.
Según comentó, este paso permitirá que la tasa oficial se determine por un volumen creciente de transacciones verificables, y no por indicadores externos o por señales procedentes del mercado informal. La propuesta busca convertir ese valor diario en la referencia real para actividades comerciales y productivas.
La admisión de un límite financiero
En el mismo espacio, el funcionario reconoció que defender un tipo de cambio fijo requiere una inyección constante de divisas. Añadió que esa opción resulta inviable en un contexto marcado por restricciones severas, baja entrada de recursos y dificultades para gestionar pagos y cobros internacionales.
Esta afirmación marca uno de los cambios discursivos más claros de los últimos meses. Hasta ahora, no se había expresado públicamente de manera tan directa que la economía cubana no puede sostener una tasa de cambio fija y ampliamente subsidiada.
Un camino gradual y condicionado
El programa también contó con las intervenciones de Ayuban Gutiérrez Quintanilla, vicepresidente primero de la ANEC, y de Carlos Miguel Pérez Reyes, directivo del sector privado. Ambos coincidieron en que el paso hacia un régimen flexible no resolverá por sí solo las tensiones económicas actuales, pero sí abre un cauce para ordenar operaciones hoy obligadas a recurrir al mercado informal.
La introducción de un sistema donde la moneda nacional gane convertibilidad dependerá de la capacidad del sistema bancario para atraer transacciones y generar una referencia útil para empresas estatales, mipymes, cooperativas y hogares. Esa etapa inicial será decisiva para medir si el plan puede avanzar hacia metas mayores, como la estabilización de precios y la reducción de la volatilidad cambiaria.
Miradas hacia una transición compleja
Aunque ninguna fecha concreta fue anunciada, la presencia del Banco Central en este debate televisivo confirma que la ruta está definida. Las autoridades buscan recuperar la intermediación oficial, desestimando definitivamente el modelo anterior y apostando por una estructura más cercana a la oferta y la demanda real.
