Así podrán manejar las divisas los privados en Cuba bajo las nuevas reglas

Las nuevas regulaciones publicadas en Cuba este jueves en Gaceta Oficial redefinen de manera profunda el papel de las MIPYMES, cooperativas, TCP y otros actores privados en el manejo de divisas en la isla. ¿Qué podrán y qué no? Por primera vez, el país estableció un marco más amplio —aunque estrictamente supervisado— para que el sector privado pueda gestionar, retener y utilizar monedas extranjeras en sus operaciones cotidianas.

Esto representa uno de los cambios más significativos desde la expansión del trabajo por cuenta propia y la creación de las empresas privadas cubanas.

Con el nuevo sistema, los actores no estatales tendrán la posibilidad de retener parte de las divisas que generen, ya sea mediante exportaciones, comercio electrónico, ventas en MLC o servicios contratados desde el exterior.

Esta retención constituye un paso clave para financiar actividades propias, mejorar la capacidad de importación y sostener operaciones sin depender completamente del mercado informal o de autorizaciones excepcionales.

Además, el marco legal permite que las MIPYMES y otros actores privados abran cuentas en divisas dentro del sistema bancario formal.

Estas cuentas podrán recibir pagos provenientes del exterior, lo cual facilita la actividad exportadora, los contratos con entidades foráneas y la recepción de fondos para proyectos productivos.

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También podrán usarse para operaciones autorizadas dentro del país, incluyendo compras en comercios mayoristas o minoristas en moneda libremente convertible.

Otro aspecto esencial es que los privados podrán usar sus divisas para importaciones, ya sea de insumos, equipos, materias primas o mercancías destinadas a la producción. También se habilita su empleo en encadenamientos productivos, permitiendo relaciones más dinámicas con actores estatales o extranjeros.

Sin embargo, todas estas facultades llegan acompañadas de nuevos mecanismos de control. Los actores no estatales deberán transferir al Estado una parte de sus ingresos en divisas, en función de los porcentajes de retención establecidos para cada categoría.

Además, quedan sujetos a la supervisión directa del Ministerio de Economía y Planificación (MEP) y del Banco Central de Cuba (BCC), que evaluarán las operaciones, el uso de fondos y la coherencia con las prioridades nacionales.

El sector privado cubano ganó más herramientas para manejar divisas, pero en un esquema fuertemente regulado y centralizado por el Estado que buscará coordinar sus operaciones con los objetivos de la política económica del país, o sea, sus propios intereses.

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