La forma de viajar dentro de Estados Unidos cambió sin anuncios públicos ni avisos previos. Una nueva coordinación entre agencias federales está permitiendo detenciones migratorias directas en aeropuertos, incluso en vuelos nacionales.
La medida se aplica de forma silenciosa y ya ha derivado en arrestos y deportaciones aceleradas, según confirmaron fuentes oficiales y medios estadounidenses.
Listas de pasajeros compartidas varias veces por semana
La administración del presidente Donald Trump comenzó a compartir con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas los nombres de todos los viajeros aéreos en Estados Unidos. La información proviene de la Administración de Seguridad en el Transporte, que entrega listados de pasajeros varias veces por semana.
De acuerdo con una investigación del diario The New York Times, estos listados permiten a ICE cruzar los datos con bases de personas que tienen órdenes de deportación vigentes. Con ese cruce, los agentes despliegan operativos en terminales aéreas para ejecutar detenciones antes del embarque.
El sistema no distingue entre vuelos internacionales o nacionales. Cualquier pasajero puede ser identificado si su nombre coincide con registros migratorios activos.
Arrestos directos en terminales aéreas
Aunque el Gobierno no ha revelado cifras oficiales de detenciones, un exfuncionario de ICE aseguró que en su región el setenta y cinco por ciento de los casos detectados terminó en arrestos efectivos.
Uno de los casos más citados es el de Any Lucía López Belloza, una estudiante universitaria de diecinueve años. Fue detenida el veinte de noviembre en el aeropuerto Logan de Boston cuando iba a tomar un vuelo interno para visitar a su familia en Texas.
Dos días después, fue deportada a Honduras, sin que hubiera antecedentes penales públicos ni aviso previo del operativo.
El discurso oficial del Gobierno
La revelación coincide con el tono triunfalista del Departamento de Seguridad Nacional. Su secretaria, Kristi Noem, habló de “avances históricos” en el control migratorio desde el inicio del nuevo mandato.
Según cifras oficiales, desde el veinte de enero de dos mil veinticinco más de dos millones quinientos mil migrantes irregulares han salido del país. De ellos, seiscientos cinco mil fueron deportados y cerca de un millón novecientos mil abandonaron Estados Unidos de manera voluntaria.
Noem afirmó que estos resultados responden a un giro total respecto a la administración anterior y aseguró que el presidente Trump devolvió al departamento a sus “misiones centrales”.
Vigilancia, tecnología y nuevas herramientas
El uso de listas de pasajeros forma parte de una estrategia más amplia de control migratorio. ICE ha invertido más de mil cuatrocientos millones de dólares en contratos con empresas tecnológicas para reforzar su capacidad de vigilancia.
Entre esas herramientas figuran sistemas de reconocimiento facial, monitoreo de redes sociales y software capaz de acceder a teléfonos móviles. A esto se suma un nuevo sistema de inteligencia artificial desarrollado por Signal Labs.
La plataforma analizará publicaciones, imágenes, ubicaciones y rasgos físicos visibles en fotos o videos. También podrá detectar patrones de comportamiento y generar alertas automáticas para los agentes.
Preocupación por derechos civiles
Organizaciones defensoras de derechos civiles alertan que estas prácticas amplían la vigilancia estatal y reducen las garantías de debido proceso. Las detenciones sin aviso en aeropuertos y durante viajes internos generan especial inquietud entre comunidades inmigrantes.
Expertos advierten que el sistema puede facilitar arrestos de personas sin antecedentes penales ni historial delictivo, aumentando el clima de temor y la sensación de inseguridad entre quienes viven y se desplazan dentro del país.
