Cada 17 de diciembre, Cuba amanece distinta. No es un día cualquiera. Es una fecha marcada por la fe, por el dolor y por la esperanza de miles de personas que miran al mismo punto con una súplica silenciosa.
San Lázaro vuelve a ser protagonista. El viejito de las llagas, las muletas y los perros se convierte, una vez más, en refugio espiritual para un país cansado de pedir y de resistir.
¿Quién es el San Lázaro que se venera en Cuba?
El San Lázaro cubano no es el cardenal bíblico ni el obispo venerado en otras tradiciones. En Cuba se rinde culto al anciano enfermo, cubierto de heridas, acompañado por perros que lamen sus llagas.
Esa imagen, profundamente humana y dolorosa, es la que ha calado en el alma popular. Representa al desamparado, al pobre, al enfermo que no pierde la fe pese al sufrimiento.
Para muchos creyentes, San Lázaro es sinónimo de misericordia. No es un santo distante, sino alguien que conoce el dolor desde dentro.
El Santuario del Rincón, centro de la devoción
El corazón de esta devoción se encuentra en el Santuario Nacional de San Lázaro del Rincón, ubicado en el municipio Boyeros, en La Habana. Cada año, miles de personas llegan hasta allí desde todos los puntos del país.
Algunos caminan kilómetros. Otros avanzan descalzos, arrastrándose o apoyados en muletas. Muchos visten sacos de yute o llevan piedras atadas al cuerpo como parte de promesas cumplidas o por cumplir.
La peregrinación no es solo física. Es un acto íntimo, marcado por el sacrificio y la fe profunda.
San Lázaro y Babalu Ayé: el sincretismo cubano
En la religiosidad popular cubana, San Lázaro está estrechamente vinculado con Babalu Ayé, orisha de la santería asociado a las enfermedades, las epidemias y la sanación.
Este sincretismo es una de las expresiones más claras de la identidad espiritual cubana. Para muchos creyentes no existe contradicción. San Lázaro y Babalu Ayé son dos caminos hacia la misma esperanza.
Se le encienden velas moradas. Se le ofrecen granos, agua, flores. Y, sobre todo, promesas cargadas de desesperación y fe.
Una devoción que crece en tiempos difíciles
Después de la Virgen de la Caridad del Cobre, San Lázaro es la figura religiosa más venerada en Cuba. Su importancia crece en momentos de crisis, enfermedad y pobreza.
El contexto actual explica mucho. Escasez de alimentos, apagones prolongados, falta de medicamentos y un sistema de salud colapsado empujan a miles a buscar alivio donde aún creen encontrar consuelo.
Este 17 de diciembre no es la excepción. Todo indica que serán muchos los que se postren ante el llamado Milagroso San Lázaro o el viejito milagroso, como también se le conoce.
Se le pide salud, pero también paz. Se le ruega por estabilidad familiar, por tranquilidad mental y por un poco de alivio ante tanta incertidumbre.
San Lázaro como espejo del pueblo cubano
La imagen del anciano herido, apoyado en muletas, no es casual. Muchos cubanos se ven reflejados en él. Resistiendo, caminando con dificultad, pero sin rendirse.
San Lázaro no promete riqueza. Promete alivio. Y en un país golpeado, eso basta para mantener viva la fe.
Oración a San Lázaro:
Oración al milagroso San Lázaro
Oh glorioso San Lázaro,
protector de los pobres y los enfermos,
mira con compasión a quienes hoy te imploran.
Alivia el dolor del cuerpo y del alma,
trae consuelo a los hogares marcados por la escasez,
y paz a los corazones cansados.
Tú que conociste la miseria y la enfermedad,
no apartes tu mirada de este pueblo que sufre.
Danos fuerza para resistir y fe para seguir caminando.
Amén.
