El debate volvió a escalar este lunes tras un movimiento diplomático que agitó aguas en el Ártico. Una designación política y varias declaraciones encendieron alarmas en Copenhague y en Bruselas.
La discusión no es nueva, pero el tono sí marca un punto distinto. Las reacciones se sucedieron con rapidez y dejaron claro que el asunto va más allá de un gesto simbólico.
Nombramiento que reaviva la tensión
El presidente Donald Trump reiteró que Estados Unidos necesita controlar Groenlandia por “motivos de seguridad nacional”. Lo hizo tras anunciar el nombramiento del gobernador de Luisiana, Jeff Landry, como enviado especial para la isla ártica, territorio autónomo bajo soberanía danesa.
La designación provocó una reacción inmediata del Gobierno de Dinamarca, que convocó al embajador estadounidense. Para Copenhague, el gesto supone una injerencia directa en un asunto de soberanía.
Trump habló desde su residencia en Palm Beach, Florida. Allí afirmó que el interés no responde a la riqueza mineral del territorio. “Necesitamos Groenlandia por motivos de seguridad nacional. No por los minerales”, declaró ante la prensa.
Argumentos de seguridad y presencia extranjera
El mandatario insistió en que la posición geográfica de Groenlandia resulta clave. Según explicó, la costa de la isla estaría siendo transitada por embarcaciones rusas y chinas. “Si miras Groenlandia, si observas la costa de arriba abajo, verás barcos rusos y chinos por todas partes”, afirmó.
Trump fue más allá al subrayar la urgencia del control. “La necesitamos para la seguridad nacional. Tenemos que tenerla”, dijo, al tiempo que señaló que Landry “quería liderar la campaña”.
Tras su nombramiento, el propio Landry prometió trabajar para que el territorio danés se convierta en “parte de Estados Unidos”, una frase que aumentó el malestar en Europa.
Respuesta firme de Dinamarca y Groenlandia
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, y el primer ministro groenlandés, Jens-Frederik Nielsen, emitieron una declaración conjunta. Ambos subrayaron que la isla pertenece a sus habitantes.
“No se puede anexionar otro país. Ni siquiera con el argumento de la seguridad internacional”, afirmaron. También reclamaron respeto a la integridad territorial compartida del Reino de Dinamarca.
El ministro de Relaciones Exteriores danés, Lars Lokke Rasmussen, se declaró “profundamente indignado” y exigió a Washington respeto a la soberanía danesa. Dinamarca es miembro tanto de la Unión Europea como de la OTAN.
Apoyo europeo y contexto estratégico
La Unión Europea expresó su respaldo total a Dinamarca. La presidenta de la Comisión Europea y el presidente del Consejo Europeo recordaron que la soberanía y la integridad territorial son principios básicos del derecho internacional.
Groenlandia cuenta con unos 57000 habitantes. Aunque una parte significativa de la población aspira a independizarse de Dinamarca, la mayoría no desea integrarse en Estados Unidos, según una encuesta realizada en enero.
La isla ocupa una posición estratégica entre Norteamérica y Europa. El deshielo ha abierto nuevas rutas marítimas en el Ártico y ha incrementado el interés de potencias como Estados Unidos, China y Rusia. Además, Groenlandia se sitúa en la ruta más corta para eventuales trayectorias de misiles entre Moscú y Washington.
Dinamarca recordó que la isla no está en venta y que su futuro será decidido por los propios groenlandeses. Washington, por su parte, mantiene presencia diplomática en el territorio desde la apertura de un consulado en junio de 2020.
