Las autoridades comerciales presentaron la medida como una mejora del servicio y una ampliación de la oferta. Sin embargo, el contexto económico explica por qué el anuncio ha sido recibido con escepticismo.
Nuevos locales, misma moneda inaccesible
Tiendas Caribe informó en sus redes sociales la reapertura de varios establecimientos en la provincia. Entre ellos figuran el Centro Comercial Variedades Enramadas, la tienda Siglo XX y la tienda La Violeta, ubicada en el municipio de San Luis.
Todos los locales operan bajo la modalidad de ventas en moneda libremente convertible. Las compras solo pueden realizarse mediante tarjetas internacionales o tarjetas nacionales asociadas a cuentas en divisas.
Para muchos santiagueros, esta condición limita de entrada cualquier posibilidad real de compra. Los salarios en Cuba se pagan en pesos cubanos, sin correspondencia con los precios en dólares.
¿Qué productos se venden en estas tiendas?
Según las publicaciones oficiales, los comercios ofrecen alimentos, bebidas, productos de higiene personal, útiles del hogar y electrodomésticos. También se promociona la disponibilidad de artículos para el consumo diario.
La empresa destacó la renovación de los espacios y la variedad del surtido. En algunos casos, incluso se resaltó la “cultura del servicio” y la atención personalizada al cliente.
No obstante, en redes sociales abundan los comentarios críticos. Muchos usuarios cuestionan a quién van dirigidas estas tiendas cuando la mayoría no tiene acceso estable a divisas.
Bonificaciones que benefician a pocos
Como incentivo, Tiendas Caribe mantiene una bonificación del cinco por ciento para quienes paguen con la tarjeta Clásica. Lejos de calmar los ánimos, esta medida ha sido vista como un beneficio exclusivo para quienes ya disponen de dólares.
El descuento no cambia la realidad de fondo. Acceder a una cuenta en divisas sigue siendo un privilegio en un país donde la moneda nacional pierde valor de forma acelerada.
Desigualdad visible en medio de la crisis
La reapertura de tiendas en dólares contrasta con la situación cotidiana de la provincia. Persisten los apagones prolongados, la escasez de agua potable y la falta de medicamentos básicos.
A esto se suma que, semanas después del impacto del huracán Melissa, muchos vecinos aseguran que la normalidad proclamada oficialmente no se refleja en sus barrios. Las promesas de ayuda y materiales de construcción siguen pendientes.
En ese escenario, la llegada de nuevas tiendas en divisas es vista por muchos como un símbolo de desigualdad. Mientras una minoría puede comprar cerveza, refrescos o electrodomésticos en dólares, la mayoría enfrenta serias dificultades para cubrir necesidades esenciales.
La reapertura, anunciada como un gesto positivo en fechas navideñas, termina profundizando una brecha económica que ya resulta evidente en la vida diaria de los santiagueros.