El parte oficial habla de bombas en marcha y hospitales garantizados. Sin embargo, los vecinos cuentan otra historia: cisternas vacías, pipas que llegan una vez al mes y días completos sin agua corriente. La contradicción entre el discurso institucional y la realidad de la calle se hace cada vez más evidente.
Qué dice la empresa
Aguas de La Habana aseguró este 27 de septiembre que el Sistema Central mantiene varios equipos en operación. Esto es para sostener el servicio en Plaza de la Revolución, Centro Habana y parte de Diez de Octubre. Se mencionó además la conexión de Cuenca Sur con ocho equipos funcionando. También el bombeo de Quinta de los Molinos en servicio y la activación de Palatino para hospitales. Además, sectores puntuales como La Víbora.
El comunicado también reconoció que los sistemas por gravedad siguen afectados por el bajo nivel de los tanques, lo cual impacta directamente en zonas de La Habana Vieja y otras áreas céntricas.
Lo que responden los vecinos
Pero mientras la empresa ofrece disculpas, en las redes los comentarios reflejan desesperación. Una residente de Primeyes y Casino Deportivo afirmó que hace un mes no entra agua a la cisterna de su edificio, mientras que en los demás del mismo barrio sí hay servicio. Otra vecina desde un sexto piso lo resumió con rabia: “explíqueme la física para tener agua líquido vital para vivir, no un lujo”.
En Plaza, usuarios reportan más de tres meses sin una gota. En El Vedado, en calles como 23, 10, Calzada y 2, los vecinos aseguran que la última vez que vieron agua fue en julio. En Centro Habana, la esquina de Tejas lleva semanas seca. En Luyanó, el ciclo prometido no se cumple y las personas ya acumulan más de una semana esperando.
La indignación crece
Los comentarios no solo muestran molestia por la falta de agua, sino también por el silencio de las autoridades. “Ni siquiera explican cómo quedan las cuadras que no salen mencionadas en el comunicado”, denunció una vecina del Vedado. Otros cuestionan la efectividad de los supuestos ocho motores. Mientras tanto, las pipas aparecen apenas una vez cada cuatro semanas.
En barrios como Malecón y K o en el reparto La Concepción, en La Lisa, los reclamos son idénticos. Hay meses sin agua, promesas que no llegan a cumplirse y un malestar que se multiplica.
Entre promesas y sequía doméstica
Aguas de La Habana insiste en que trabaja “en función de los niveles de los tanques” para ir abasteciendo zonas. Sin embargo, en los hogares lo que hay son cubos vacíos y familias desesperadas. La realidad es que los hospitales pueden estar garantizados, pero los edificios siguen con cisternas secas. Así, la vida diaria se convierte en un calvario para miles de habaneros.