Carros fúnebres eléctricos refuerzan en La Habana un servicio marcado por las quejas

La ciudad de La Habana incorporó nuevos medios para un servicio que arrastra problemas desde hace años. Se trata de una medida que busca aliviar tensiones acumuladas y responder a reclamos persistentes de la población.

El anuncio se produjo tras varias semanas de trabajo acelerado y en medio de una situación compleja para el transporte en general. Aunque la iniciativa se presenta como un paso necesario, también deja abiertas preguntas sobre su alcance real y su implementación práctica.

Un nuevo parque para un servicio sensible

Desde este sábado comenzó a operar en La Habana un parque de 15 carros fúnebres eléctricos. Los vehículos pertenecen a la empresa estatal Servi Axess y se utilizarán únicamente dentro de la ciudad.

Según informó el ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, el servicio no tendrá costo para la población. Los gastos serán asumidos por el presupuesto del Estado, como ocurre actualmente con los servicios necrológicos.

Estos nuevos medios refuerzan una cobertura que hasta ahora recaía en la Unidad Presupuestada de Servicios Necrológicos del Gobierno Provincial de La Habana, entidad que ha trabajado durante años en condiciones muy limitadas.

Energía solar y respaldo de emergencia

Al tratarse de vehículos eléctricos, el sistema de carga se apoya en paneles solares con capacidad de acumulación. De acuerdo con las autoridades, la operación prioriza el uso de energía renovable.

Como respaldo final, se instaló un grupo electrógeno de emergencia. La gestión del sistema es automática y busca garantizar la disponibilidad del servicio incluso en escenarios de cortes eléctricos prolongados.

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El proveedor de los vehículos también asumirá el mantenimiento y las reparaciones necesarias. La intención declarada es evitar que el servicio comience con estándares aceptables y luego se deteriore por falta de piezas o asistencia técnica.

Un plan que no se limita a La Habana

Aunque el uso de estos carros fúnebres se restringe por ahora a La Habana, el Ministerio de Transporte asegura que forman parte de un plan más amplio. Este programa contempla la incorporación de equipos similares en el resto de las provincias y en el Municipio Especial Isla de la Juventud.

El financiamiento en divisas proviene de los fondos para el Sostenimiento y el Desarrollo del Transporte Público. Estos recursos se nutren de ingresos del propio sector y de impuestos asociados a la comercialización de vehículos.

Con ese mismo mecanismo se han financiado otros proyectos recientes, como la compra de triciclos eléctricos, microbuses Fotón, ecomóviles en Sancti Spíritus y el catamarán V2V, además de neumáticos, baterías y otros insumos.

Una mejora necesaria, pero con puntos discutibles

El propio ministro reconoce que esta medida responde a una indicación de la dirección del país ante la difícil situación actual. El transporte fúnebre ha sido, durante años, motivo de quejas públicas por demoras, fallos técnicos y soluciones improvisadas.

En ese contexto, la llegada de nuevos vehículos representa un avance innegable. Es mejor que escenas recientes en las que se recurrió a carretas de caballos, bicitaxis u otros medios inadecuados.

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Sin embargo, desde una mirada crítica, resulta válido señalar que el diseño elegido no parece el más apropiado para un servicio de esta naturaleza. Un color más sobrio, cristales laterales que permitieran mostrar arreglos florales y una configuración más acorde habrían aportado mayor dignidad al traslado de los fallecidos.

Si no fue posible adquirir vehículos específicamente diseñados para este fin, al menos una adaptación estética y funcional más cuidada habría marcado la diferencia en un servicio tan sensible para las familias.

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