La crisis del abasto de agua en Cuba ha llegado a un punto insostenible para cientos de miles de personas. Según datos del propio Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), más de 860 mil ciudadanos están hoy afectados por la sequía y las interrupciones en el servicio.
Sin embargo, en varias comunidades, el problema no se mide en cifras oficiales, sino en la desesperación de pasar más de 20 días consecutivos sin que llegue una gota por las tuberías.
Provincias y municipios más golpeados
La situación es especialmente grave en Santiago de Cuba, donde se reportan unas 400 mil personas sin suministro estable. Le siguen Holguín, con más de 100 mil afectados, y Ciego de Ávila, con cerca de 90 mil.
En la capital, unos 248 mil habaneros sufren la falta de abasto regular, principalmente en municipios como Cerro, Centro Habana, La Habana Vieja, Plaza de la Revolución y Diez de Octubre.
Vecinos de estas zonas denuncian que las pipas prometidas no llegan con la frecuencia anunciada y que, cuando lo hacen, el agua suele ser insuficiente o de dudosa calidad. “Aquí no hablamos de horas sin agua, hablamos de semanas”, comentan residentes que han optado por almacenar en condiciones precarias para resistir la espera.
Explicaciones oficiales y realidad en las calles
El presidente del INRH, Antonio Rodríguez Rodríguez, atribuye la crisis a una combinación de sequía, averías eléctricas en fuentes de bombeo y escasez de combustible para las pipas. Sin embargo, insiste en que se han ejecutado millonarias inversiones para mejorar la infraestructura.
Solo en 2024, asegura, se gastaron 3 800 millones de pesos, y en lo que va de 2025 ya se ha ejecutado el 71% de un presupuesto de 3 200 millones. El funcionario destaca proyectos de bombeo solar, rehabilitación de redes y obras en trasvases, pero el día a día en las comunidades no refleja mejoras proporcionales.
Mientras las cifras oficiales hablan de 585 obras hidráulicas concluidas en el último año, la población percibe que la distancia entre el discurso y la realidad es cada vez mayor. En barrios donde hace un mes se prometió restablecer el servicio “en cuestión de días”, los vecinos siguen esperando.
El argumento del embargo y las prioridades del Estado
El INRH señala que el embargo de Estados Unidos encarece la compra de tecnologías, repuestos y equipos, y dificulta el financiamiento de proyectos. Sin embargo, críticos del gobierno apuntan que el problema también radica en la falta de mantenimiento preventivo, la obsolescencia de la infraestructura y la prioridad que se otorga a proyectos visibles para la propaganda estatal antes que a soluciones inmediatas para la población.
El llamado “programa de Voluntad Hidráulica”, que en su momento impulsó Fidel Castro, sigue usándose como bandera política, pero las comunidades rurales y urbanas más vulnerables sienten que esa voluntad no se traduce en agua corriente en sus hogares.
Consecuencias sociales y sanitarias
Vivir más de 20 días sin acceso a agua segura obliga a miles de familias a depender de fuentes alternativas, a menudo insalubres, aumentando el riesgo de enfermedades. Además, en plena crisis energética, almacenar y hervir agua requiere electricidad o combustible que también escasea.
Mientras tanto, la respuesta institucional se mantiene en un ciclo de promesas, datos de inversiones y anuncios de proyectos que, para quienes abren el grifo y no ven salir nada, resultan lejanos y poco creíbles.
Concuerdo con el artículo referente a la gravedad de carecer de abastecimiento de agua en las casas por más de 20 días.
En mi caso, soy vecino de calle 1ra e/ San Leonardo y Bellavista, Víbora Park, municipio arroyo naranjo. No tenemos suministro estable de agua desde el 15 de junio. Importante destacar que toda la zona y cuadras vecinas reciben de manera regular y estable abastecimiento de este líquido tan preciado y necesario en cada hogar. Después de innumerables quejas a todos los organismos (agua de la Habana, partido municipal, delegado) nos llegó una pipa el 18 de Julio (33 días), el 20 de julio tuvimos abastecimiento de agua por las tuberías luego de una espera de 35 días. Hoy 11 de agosto (22 días después) seguimos esperando que nos vuelva a entrar.
Está situación es más que sequía o problemas eléctricos, es mala manipulación de válvulas, es mal desempeño de aquellos que deben atender a la población y ofrecer una solución.