El béisbol cubano vuelve a estar en el centro de la polémica.
Lo que debía ser una simple discusión técnica terminó con un comisario herido y un director cuestionado. El episodio ocurrió en Sancti Spíritus y mantiene en suspenso a la afición.
La jugada que encendió la chispa
Todo comenzó en el octavo inning del juego entre los Gallos e Isla de la Juventud, cuando con las bases llenas se cantó un doble play que anulaba la sexta carrera de Sancti Spíritus. En primera instancia, el marcador reflejó el seis a cuatro, pero la decisión fue corregida poco después: por regla, la carrera no era válida.
Eriel Sánchez, director del equipo, reclamó airadamente que el cambio se le informara recién en el noveno inning. Esa inconformidad fue el germen de la disputa posterior.
La discusión que se salió de control
Al terminar el partido, Sánchez descargó contra Miguel Rojas, comisario técnico y miembro de la Comisión Nacional. Testigos aseguran que hubo insultos fuertes, incluso ofensas familiares, lo que derivó en una riña.
Los intentos iniciales por separar a ambos parecieron calmar la situación, pero horas más tarde Rojas regresó a buscar una aclaración directa con Sánchez. Fue entonces cuando se produjo la agresión física. Rojas terminó con una herida en la cabeza que requirió cinco puntos de sutura en el Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos.
Declaraciones encontradas
Eriel Sánchez prefirió no dar declaraciones a la prensa. Rojas, en cambio, relató que solo intentó exigir respeto hacia la memoria de su madre fallecida, pero recibió un golpe que, según él, pudo haber sido con un pedazo de bate.
“Quiero agradecer a todos los que me auxiliaron en ese momento, desde el representante de Islazul hasta Frederich Cepeda, que me llevó al hospital”, dijo Rojas desde su casa.
Reacciones en la provincia
Autoridades deportivas locales calificaron el hecho como “muy desagradable” y confirmaron que ambos implicados tuvieron que dar declaraciones a la policía. La directora provincial de Deportes lamentó lo ocurrido y subrayó que se trata de un hecho que “nunca debió suceder en el béisbol cubano”.
Por el momento, tanto Sánchez como Rojas están separados de sus funciones en la Serie Nacional hasta que la Comisión Nacional de Béisbol defina las sanciones correspondientes.
Una mancha para la pelota cubana
El incidente trascendió rápidamente en redes sociales, donde abundan las críticas y los llamados a sancionar con rigor. Para muchos, este episodio muestra el deterioro de la disciplina en un deporte que siempre fue símbolo de orgullo nacional.
Lo cierto es que, más allá de las diferencias técnicas, nada justifica la violencia dentro ni fuera del terreno. La pelota cubana, golpeada ya por carencias y deserciones, no puede darse el lujo de sumar episodios como este.