Las autoridades dominicanas confirmaron una decisión que influirá en el panorama regional, aunque los detalles más importantes se conocieron después de una reunión oficial en Santo Domingo. La medida llega en un momento marcado por movimientos militares y ajustes estratégicos en varias zonas del Caribe.
En la capital dominicana, el Gobierno ofreció precisiones sobre el alcance real de este permiso, que se aplicará únicamente bajo condiciones específicas y con un plazo limitado. El anuncio se produjo tras un encuentro entre el presidente Luis Abinader y el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth.
Uso limitado de la base aérea de San Isidro
El presidente Abinader informó que Estados Unidos podrá utilizar áreas restringidas de la Base Aérea de San Isidro y del Aeropuerto Internacional Las Américas. Estos espacios se habilitarán con fines logísticos, como el reabastecimiento de aeronaves y el traslado de equipos y personal técnico.
La autorización forma parte de un acuerdo para reforzar la vigilancia aérea y marítima en el Caribe. Abinader señaló que el objetivo es apoyar a las fuerzas armadas dominicanas en la detección de actividades vinculadas al narcotráfico.
“El propósito es claro: fortalecer el anillo de protección aérea y marítima que mantienen nuestras fuerzas armadas, un refuerzo decisivo para evitar la entrada de narcóticos y asestar un golpe más contundente contra el crimen organizado transnacional”, afirmó el mandatario durante la conferencia de prensa junto a Hegseth.
Contexto regional y cooperación militar
La visita del secretario de Defensa de Estados Unidos se centró en ampliar la cooperación en seguridad, en medio de un despliegue militar notable en el Caribe en los últimos meses. Washington mantiene una flotilla de buques y aeronaves destinada a operaciones para interrumpir el flujo de drogas en la región.
República Dominicana participa además en la fase “Lanza del Sur”, dentro de las iniciativas conjuntas con Estados Unidos contra el narcotráfico. Esta cooperación se sostiene en labores de seguimiento y neutralización de embarcaciones empleadas para trasladar drogas hacia el norte del continente.
En paralelo, Estados Unidos ha realizado múltiples acciones en el mar Caribe y el Pacífico oriental desde septiembre, destruyendo más de veinte embarcaciones utilizadas para actividades ilícitas, según datos difundidos por autoridades estadounidenses.
Tensiones con Venezuela
El anuncio se produce mientras el Gobierno de Nicolás Maduro critica el despliegue estadounidense en el Caribe. Caracas sostiene que las operaciones tienen un carácter político, mientras Washington acusa a figuras del Gobierno venezolano de participar en redes de narcotráfico y, recientemente, designó al llamado Cartel de los Soles como grupo terrorista.
A pesar de estas tensiones, la medida autorizada por República Dominicana se presenta como una acción puntual y con límites definidos, orientada exclusivamente al apoyo logístico de las operaciones antidrogas.
