La tensión entre Washington y Caracas vuelve a ocupar la atención internacional sin que aún se conozca el camino exacto que tomará la Casa Blanca. Las declaraciones del presidente estadounidense se han convertido en el principal indicio de un posible cambio de enfoque en una operación que ya dejó semanas de actividad militar en el mar Caribe.
En las últimas horas, Donald Trump dejó entrever que su Gobierno prepara un nuevo paso. El anuncio llega en medio de un clima marcado por advertencias, movimientos navales y mensajes cruzados entre ambos países.
Washington se acerca a una nueva fase
Durante una comparecencia virtual con miembros de las Fuerzas Armadas, Trump afirmó que Estados Unidos comenzará “muy pronto” a tomar medidas por tierra para detener a presuntos narcotraficantes venezolanos. Según explicó, los operativos marítimos ya no encuentran la misma actividad de antes.
“Probablemente han notado que la gente ya no quiere entregar droga por mar, y vamos a empezar a detenerlos también por tierra. Por tierra es más fácil, y eso comenzará muy pronto”, declaró. También aseguró que ya habían advertido a los grupos criminales: “Les dijimos que dejaran de enviar veneno a nuestro país”.
El mandatario no ofreció detalles sobre cómo se aplicarían esas medidas terrestres ni cuál sería su alcance real. Su mensaje, sin embargo, coincidió con un aumento de la presencia militar estadounidense cerca de la región.
Un despliegue militar en expansión
Desde principios de septiembre, Estados Unidos ha destruido más de veinte embarcaciones consideradas sospechosas, la mayoría frente a las costas venezolanas. Según la Casa Blanca, más de ochenta personas murieron en estos ataques. Washington sostiene que estas acciones forman parte de una operación con la que busca cortar las rutas de tráfico hacia territorio estadounidense.
La incorporación del portaaviones USS Gerald R. Ford, junto a destructores y cruceros lanzamisiles, consolidó la mayor presencia naval estadounidense en el Caribe en décadas. El movimiento se produjo pocas horas antes de que el Departamento de Estado catalogara como organización terrorista al llamado Cartel de los Soles, al que sitúa bajo la influencia de Nicolás Maduro.
La reacción de Caracas
El Gobierno venezolano no ha ofrecido comentarios inmediatos sobre las palabras del presidente estadounidense. No obstante, en apariciones recientes, Maduro insistió en que Venezuela vive una “coyuntura decisiva” y pidió a la fuerza aérea mantenerse “alerta, listos y dispuestos” ante cualquier agresión.
El líder chavista asegura confiar en una eventual victoria si el país llegara a declararse como “república en armas”, mientras exhibe una posición pública que alterna entre la confrontación y los llamados al diálogo. Paralelamente, el presidente estadounidense dijo esta semana que podría hablar con Maduro para “salvar muchas vidas”, aunque advirtió que, si ese entendimiento no prospera, actuará de otra manera.
Las aerolíneas internacionales también se encuentran en medio del clima de incertidumbre. La suspensión reciente de vuelos hacia Venezuela por razones de seguridad provocó protestas del Gobierno de Caracas, que avisó a las compañías que deberán retomar sus rutas si no quieren perder las licencias.
Escenario abierto en el Caribe
Con un despliegue militar que crece y un discurso que se endurece, la región se mueve entre advertencias, maniobras y anuncios que mantienen en vilo a la comunidad internacional. Falta por ver cuál será la magnitud real de esas “medidas terrestres” que Washington dice estar preparado para iniciar y cómo responderá Caracas en un conflicto que no deja de ampliarse.
