Ferrocarriles de Cuba ha relanzado el servicio de tren entre Holguín y Guantánamo, una ruta muy demandada.

El ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, informó en su perfil de Facebook sobre esta reactivación. La empresa asegura que no es una medida temporal de verano. Se busca que sea una solución de transporte permanente, siempre que haya combustible y las condiciones técnicas sean óptimas. Sin embargo, estos dos factores han sido precisamente los que lo han mantenido parado por meses.

Un historial de interrupciones y reparaciones «proeza»

La prensa oficial ya había anunciado la recuperación de esta línea hace un año, prometiendo su continuidad. Sin embargo, el servicio se vio afectado por la falta de combustible y, a inicios de este año, se suspendió nuevamente. En ocasiones anteriores, incluso, los vagones fueron usados para transportar caña durante la zafra.

Ante la desconfianza de los pasajeros, las autoridades explicaron que la interrupción se debió a una locomotora averiada. Pedro Durruty Martínez, director adjunto de Ferrocarriles en Guantánamo, señaló que la recuperación del coche Madrina —esencial para arrastrar los vagones— fue una «proeza». Implicó reparaciones y modificaciones estructurales porque la máquina carecía de vigas centrales y laterales. Los obreros del taller Vanguardia Proletaria de Guantánamo fabricaron estas piezas desde cero.

Más viajes y precios accesibles

El tren operará los martes, jueves y sábados, aumentando su frecuencia a tres viajes semanales. Tiene cinco vagones: cuatro para pasajeros y uno de expreso, con una capacidad de entre 600 y 700 personas por viaje. Las tarifas oscilan entre 135 y 150 pesos cubanos, dependiendo del tramo, lo que lo convierte en una opción más económica frente al transporte privado.

Reacciones mixtas y otras rutas en desarrollo

La noticia del ministro en Facebook generó diversas reacciones. Muchos usuarios como R. Licea, M. Peña y N. Melik expresaron su agradecimiento. Calificaron la reactivación como una «excelente noticia» y un servicio «muy necesario y demandado», especialmente para quienes viven en el oriente del país. B. Sánchez felicitó a quienes hicieron posible esta «hazaña en medio de las dificultades».

Sin embargo, no faltaron las inquietudes. Usuarios como J. Perdomo y S. Fariña preguntaron por otras rutas suspendidas, como Manzanillo-Bayamo-Juiguani o Santiago-Santa Clara. R. Piñeiro y R. Gonzalez reclamaron la reactivación de servicios en Cienfuegos, incluyendo rutas a La Habana, Santa Clara o Sancti Spíritus. E. Román mencionó problemas de convivencia en el tren, como el transporte de grandes volúmenes de mercancías y la falta de civismo. E. Rodríguez denunció la falta de atención telefónica en el servicio ferroviario, exigiendo medidas. Otros, como T. Rodriguez y M. Garcia, enfatizaron la importancia de que el servicio se mantenga permanente y debatieron sobre los precios de los pasajes nacionales.

Se han formulado preguntas sobre la reactivación de otras rutas, como el tren Bayamo-Guantánamo o el de Santa Clara a Morón, que llevan años inactivos.

A pesar de las críticas, Ferrocarriles de Cuba ha incorporado otras rutas, principalmente en las provincias occidentales.

A principios de julio, se reactivó el tren a Expocuba en La Habana. También se puso en marcha el tren a las Playas del Este, aunque con tiempos de viaje prolongados. En junio, la ruta Los Arabos-Matanzas también fue restablecida.