¿Qué son 4 mil pesos en Cuba? ¿Resuelve algo el incremento del pago a los jubilados en la isla? Aumento de pensiones en Cuba: justo pero insuficiente, según el economista cubano, Pedro Monreal. El reciente aumento de pensiones anunciado por el primer ministro Manuel Marrero Cruz, que beneficiará a más de 1,3 millones de jubilados cubanos a partir de septiembre, fue calificado como una medida «justa y positiva, pero insuficiente» por el economista cubano Pedro Monreal.

Durante su intervención en la Asamblea Nacional, Marrero informó que a partir del mes de septiembre (pagadero desde finales de agosto), se aplicará un incremento para los pensionados que reciben hasta 4.000 pesos cubanos mensuales, incluyendo personas por edad, invalidez y pensión unificada.

El nuevo esquema de incremento impactará a un 79% del total de beneficiarios del sistema de pensiones, lo que representa más de 1,3 millones de personas.

Entre ellos, 438.572 jubilados que hoy reciben la pensión mínima verán duplicados sus ingresos, según precisó el mandatario. Para costear este ajuste, el Estado destinará un gasto adicional de 22.000 millones de pesos anuales.

Monreal: ¿un alivio real o un parche inflacionario el aumento de pensiones en Cuba?

Pese a los anuncios oficiales, el especialista en economía Pedro Monreal expuso tres observaciones clave que cuestionan la profundidad del impacto de esta medida:

La cifra de 4.000 CUP ajustada a la inflación apenas iguala el nivel de pensión media de 2021, lo que implica que los jubilados siguen perdiendo poder adquisitivo en un contexto de alta inflación.

El nuevo monto no es suficiente para sacar a los jubilados de la miseria, considerando el costo actual de productos básicos y servicios en la isla.

El aumento sin un incremento real de la oferta de bienes y servicios podría ejercer mayor presión inflacionaria, lo que terminaría neutralizando el impacto positivo de la medida.

Monreal advirtió que este tipo de incrementos, si no vienen acompañados de un reordenamiento estructural de la economía, corren el riesgo de convertirse en medidas paliativas que no resuelven los problemas de fondo.

Desde el gobierno, Marrero reconoció que no es posible aún una reforma integral del sistema de pensiones debido a las limitaciones financieras.

Sin embargo, aseguró que la intención es comenzar por los más vulnerables y continuar gradualmente en función de la evolución económica del país.

En un país donde el envejecimiento poblacional se acelera y las pensiones han quedado rezagadas frente al costo de vida, el debate entre justicia social y viabilidad económica continúa en el centro de la agenda pública.