El precio de la balita de gas en Cuba se disparó en el mercado negro ante la escasez de la venta de gas licuado por parte de CUPET hace varios meses. En Santa Clara y La Habana, los precios alcanzan cifras impensables, por citar algunos.

Durante los últimos meses, la falta de suministro regular de gas licuado en la isla ha obligado a muchas familias a recurrir al mercado informal, donde el precio de una balita llena puede llegar hasta 40 mil pesos cubanos en lugares como Santa Clara.

Según publicaciones en grupos de compra-venta en Facebook, el panorama es alarmante: “Se vende líquido de una bala de gas licuado en 25 mil”, “Tengo 2 líquidos de gas a 21 mil, soy de Santa Clara”, “Balita vacía a 20 mil”, o “En venta una balita llena a 35 mil con transporte incluido”, son algunos de los anuncios que se repiten.

En La Habana, las cifras tampoco son alentadoras. Usuarios reportan ofertas como: «Se vende líquido de gas en 18 mil”, “Balita vacía con fogón y regulador en 16 mil” o “Busco balita de gas llena solo pago hasta 50 USD”.

En algunos casos, el precio con intercambio de envases vacíos puede reducirse a 28 mil pesos, pero sigue siendo un lujo para la mayoría de los cubanos que tienen que recurrir al carbón o en el peor de los casos a cocinar con leña, ante la escasez de electricidad.

Una crisis sin precedentes

En noviembre de 2024, los precios ya habían mostrado un incremento notable, alcanzando los 29 mil pesos por balita llena. A cinco meses de esa fecha, la situación no ha mejorado.

Actualmente, las causas del alza incluyen la falta de suministro estable de gas licuado por parte de CUPET, la débil respuesta estatal para proteger a sectores vulnerables y la dependencia del mercado negro como única vía de acceso a las balitas de gas.

La balita vacía, por su parte, también tiene un valor que varía entre 13 mil y 20 mil pesos, dependiendo de la zona y si incluye accesorios como fogón o regulador.

«Esto es un abuso, el gas se ha convertido en un lujo. ¿Cómo se supone que cocinemos?”, comentó una madre de tres hijos en Santa Clara. 

“No hay control, no hay regulaciones, y los revendedores hacen lo que quieren” o “Yo solo puedo cocinar con leña porque no me da para pagar 30 mil pesos por una balita”, comentan en redes.

Lo peor es que mientras no se restablezca un suministro estable y accesible para toda la población del gas licuado, los precios seguirán desbordándose en un mercado negro sin control, dejando a miles de familias a merced de los especuladores.