A partir de mañana, 1 de enero de 2025, se establecen las nuevas disposiciones y nuevos precios de los carros en Cuba.

El panorama de la venta de vehículos en Cuba está en proceso de transformación con la implementación de nuevas medidas que buscan ajustar los precios y redistribuir los recursos automotrices en función de las prioridades económicas y sociales del país, según la oficialidad. 

A partir de ahora, la mayoría de los vehículos disponibles para la venta en divisas convertibles provendrán exclusivamente de importaciones, ya que los autos que concluyen su vida útil en la renta del turismo serán destinados a otros usos, principalmente en moneda nacional.

Los precios de los vehículos en el mercado interno se establecerán de manera uniforme tanto para personas naturales como jurídicas.

En el caso de las personas jurídicas, el costo de un auto incluirá el precio de adquisición más un margen comercial de hasta el 30% y un impuesto escalonado que varía entre el 100% y el 200% a partir del tercer vehículo.

Ejemplo del nuevo precio de los carros en Cuba

Como ejemplo práctico, un auto con un costo proveedor de 10,000 USD tendrá un precio final de 15,900 USD bajo estas nuevas reglas, significativamente menor al costo actual que superaba los 50,000 USD.

Otra novedad importante es la reforma en los impuestos sobre la cantidad de vehículos importados por una misma persona.

Ahora, el tercer vehículo importado tendrá un gravamen del 25%, el cuarto un 50%, el quinto un 75%, y a partir del sexto, un 100%. Sin embargo, los autos totalmente eléctricos, junto con sus fuentes de carga renovables, estarán exentos de estos límites.

En cuanto al destino de los vehículos provenientes del turismo, las nuevas medidas priorizan su uso para la reposición de taxis, seguros, entidades estatales y estímulo a médicos y deportistas.

Esto busca atender de manera más eficiente las necesidades del transporte público y estatal, reduciendo los atrasos y fortaleciendo la capacidad operativa de estos sectores.

Estas reformas representan un paso hacia un mercado automotriz más accesible y estructurado, con un enfoque en la sostenibilidad y la redistribución equitativa de los recursos, aunque esto no garantice las mejoras en el transporte público ni que todo cubano podrá comprarse su carro en Cuba.