El mito del turista ruso como salvación del turismo en Cuba se desvanece en medio de otro año de retroceso para la «locomotora» de la economía en la isla: hoteles semi-vacíos o con pésima infraestructura, aeropuertos sin condiciones mínimas, apagones, entre otras causas. El esperado repunte del turismo en Cuba, que durante años se sostuvo en la esperanza de la llegada masiva de visitantes rusos, atraviesa su momento más crítico.
Entre enero y julio de 2025, la isla recibió 1.123.987 turistas internacionales, lo que representa una caída del 23,2 % respecto al mismo periodo del año anterior, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
La disminución de visitantes complica aún más el panorama para alcanzar la meta oficial de 2,6 millones de turistas este año, cifra que ya se perfila como inalcanzable.
Incluso, los pronósticos apuntan a que Cuba difícilmente superará los 2,2 millones de turistas de 2024, el peor registro en casi dos décadas, exceptuando los años marcados por la pandemia de la covid-19.
Uno de los factores más llamativos es el retroceso del mercado ruso. A pesar de haber sido considerado un salvavidas para el sector, los turistas rusos cayeron un 41,8 % en comparación con 2024.
Esta contracción confirma que la “apuesta rusa” no es suficiente para sostener al turismo cubano.
A la par, otros mercados claves también retrocedieron: Alemania (-39,3 %), España (-28 %), Francia (-25,5 %) y Canadá (-23,1 %), mientras que únicamente Argentina y Colombia reportaron un crecimiento, pero los turistas de esos países son muy pocos.
La crisis no se limita a los extranjeros: incluso los cubanos residentes en el exterior redujeron sus visitas en un 21,5 %. Las causas van desde la crisis económica y energética que atraviesa la isla, hasta el recorte de rutas aéreas y las sanciones de Estados Unidos respecto al visado ESTA de los europeos.
El turismo, considerado uno de los motores principales de la economía cubana junto con las remesas y los servicios profesionales, sigue sin poder recuperar los niveles previos a 2019, cuando el país registraba más de 4 millones de visitantes.
Mientras destinos del Caribe como Cancún o Punta Cana celebran cifras récord de llegadas, Cuba enfrenta un futuro incierto, donde la ilusión del turista ruso ya no basta para sostener su golpeado sector turístico.