Crisis y suspensión del suministro de gas licuado agrava la situación energética en Cuba. Varias provincias se mantienen con la escasez sin ver la luz al final del túnel.

La crisis energética en Cuba ha alcanzado un punto crítico con la suspensión del suministro de gas licuado (GLP) en varias provincias del país.

Esta problemática afecta directamente a millones de hogares, profundizando la precariedad en las condiciones de vida de los ciudadanos.

Crisis y suspensión del gas licuado en Cuba

Las Divisiones Territoriales de Combustible han anunciado la paralización total de la comercialización de GLP debido a la falta de inventarios.

En provincias como Las Tunas, Cienfuegos, Camagüey y Matanzas, los ciudadanos enfrentan una realidad preocupante: la ausencia de gas licuado esencial para la cocción de alimentos.

En Las Tunas, la falta de inventario ha obligado a suspender el servicio hasta nuevo aviso, mientras que en Cienfuegos, una avería en la Refinería Cienfuegos ha dejado a la población sin suministro desde el 23 de enero.

En Camagüey, las autoridades han implementado medidas como la recogida de tarjetas de compra anticipada para gestionar las futuras entregas.

En Matanzas, las restricciones limitan la distribución de GLP a sectores específicos, como clientes con contratos de suministro reducido y personas encamadas. Esta medida refleja el intento de priorizar a los más necesitados frente a una crisis generalizada que sigue agravándose.

Causas de la escasez de GLP en Cuba

La falta y crisis de gas licuado en Cuba tiene su raíz en problemas financieros y retrasos en las importaciones. A pesar de los esfuerzos para reanudar la distribución, como la llegada de un buque con 9,377 toneladas de GLP en diciembre de 2024, las cantidades son insuficientes para satisfacer la alta demanda acumulada.

La crisis ha llevado a muchas familias a recurrir a métodos alternativos como la leña para cocinar, generando riesgos para la salud y el medio ambiente. Además, las largas filas y las tensiones diarias reflejan el descontento de una población que enfrenta dificultades crecientes.

El gobierno cubano ha gestionado la llegada de buques tanques para aliviar la crisis, iniciando con la distribución en el oriente del país. Sin embargo, la limitada capacidad frente a la demanda no ha sido suficiente para calmar la frustración de los ciudadanos.

Mientras se espera una solución sostenible, las familias cubanas enfrentan retos diarios para cubrir necesidades tan básicas como cocinar y la crisis del gas en Cuba parece no tener fin.