Crisis migratoria de los cubanos: entre el abandono en México y la desesperanza en Brasil. Esta semana dos casos puntuales exponen la continuidad de esta situación para los isleños, que abandonan su país donde no ven futuro. La crisis migratoria cubana se ha intensificado durante 2025, dejando al descubierto las duras condiciones que enfrentan miles de ciudadanos de la Isla que buscan salir del país en busca de oportunidades.
Tanto en México como en Brasil, los testimonios de los migrantes reflejan una realidad marcada por el engaño, la desprotección y la incertidumbre.
En el sur de México, cubanos en Pijijiapan, Chiapas, denunciaron que las autoridades de Migración les prometieron salvoconductos por un año a cambio de abandonar la Caravana por la Libertad.
Sin embargo, muchos de ellos aseguran haber sido engañados y abandonados cerca de Tapachula, sin los documentos prometidos ni garantías de seguridad.
Este episodio, protagonizado por más de 1.500 migrantes de distintos países, expone la falta de coordinación institucional y las vulneraciones constantes de derechos humanos en la frontera sur mexicana.
En paralelo, en Brasil, la policía rescató a 23 cubanos abandonados por traficantes en una carretera de Roraima.
Este hecho es solo un reflejo del aumento del 60,8% en solicitudes de refugio que los ciudadanos cubanos han presentado en el país durante 2025. A pesar del incremento, el Comité Nacional para los Refugiados (Conare) apenas ha aprobado un puñado de casos, dejando a miles de migrantes en un limbo legal.
La ruta migratoria hacia Brasil, que atraviesa zonas selváticas y fronteras poco vigiladas como Bonfim o Oiapoque, se ha convertido en una de las más peligrosas.
Sin embargo, la falta de vías legales de ingreso obliga a muchos a recurrir a redes de tráfico humano, exponiéndose a abusos, explotación y abandono.
Tanto en México como en Brasil, los cubanos enfrentan promesas incumplidas, procesos burocráticos opacos y un sistema migratorio colapsado.
La crisis migratoria de los cubanos es hoy un espejo de la desesperanza que se vive en la Isla y un llamado urgente a los gobiernos de la región para garantizar una respuesta humanitaria efectiva y coordinada.