Díaz-Canel llama nuevamente a la resistencia en un discurso sobre el futuro de Cuba y advierte que no habrá en 2026 ni «soluciones fáciles ni inmediatas». El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, pronunció un discurso de fuerte contenido político y estratégico durante el XI Pleno del Comité Central del Partido Comunista, en el que abordó de manera directa los desafíos económicos, sociales y políticos que enfrenta el país, al tiempo que llamó a la unidad, la resistencia y la transformación interna como pilares del futuro inmediato de la nación.
“Nos espera un intenso trabajo. Que nadie espere soluciones fáciles o inmediatas”, afirmó el mandatario, dejando claro que el camino que propone el Gobierno cubano estará marcado por la resistencia, una vez más.
Díaz-Canel insistió en que Cuba cuenta con «la fuerza moral y la legitimidad histórica» de un “pueblo heroico”, al que definió como la principal inspiración para enfrentar el complejo escenario actual.
En uno de los pasajes más significativos de su intervención, el presidente reconoció abiertamente el cansancio, la irritación y la incertidumbre presentes en sectores de la sociedad cubana.
Atribuyó esta situación, en primer lugar, a los 66 años de bloqueo, pero también a errores e insuficiencias internas que aún no han sido resueltas.
“Sería irresponsable negar esa realidad y soslayar la cuota de autocrítica que nos debemos”, afirmó, subrayando que el Partido no puede desligarse de los problemas cotidianos del pueblo.
Díaz-Canel recalcó que el Partido Comunista debe colocarse “en el centro de la solución”, lo que implica cambiar métodos de trabajo y combatir prácticas como el formalismo, la rutina y la complacencia.
Entre los compromisos inmediatos ratificados en el Pleno destacan el perfeccionamiento del Programa de Gobierno a partir de la consulta popular, la implementación disciplinada de las medidas económicas aprobadas, la elaboración de un Presupuesto 2026 alineado con las prioridades del pueblo y el refuerzo de la atención a territorios afectados por desastres naturales.
En materia económica, el presidente fue claro al señalar que corregir distorsiones y reimpulsar la economía es una batalla concreta por la estabilidad de la vida cotidiana.
Esto incluye enfrentar la inflación, avanzar hacia la estabilidad macroeconómica, resolver el problema de la tasa de cambio y garantizar que el salario alcance, no falten los alimentos y mejoren servicios esenciales como la electricidad, el transporte, la salud y la educación.
“No son decisiones sencillas ni populares”, reconoció Díaz-Canel en ese discurso. Todo esto llega en un contexto de más inflación, dolarización de la economía, depreciación del peso cubano y los salarios estatales, etc.