Crisis del MLC. ¿Por qué seguirá subiendo el precio del dólar en Cuba? Claves para entender la nueva ola de demanda de divisas, según el Toque. Más detalles a continuación. El dólar continúa su escalada en Cuba y marca nuevos récords en el mercado informal, impulsado por una combinación de factores económicos, sociales y estructurales que reflejan la pérdida de confianza en el peso cubano.
De acuerdo con el Observatorio de Monedas y Finanzas de Cuba (OMFi), el mes de octubre de 2025 muestra una tendencia alcista sostenida en el precio del dólar, que podría superar los 470 CUP en las próximas semanas, en medio de una economía cada vez más dolarizada.
Según el economista Pável Vidal, la depreciación del peso cubano no tiene un freno visible. La recesión prolongada, la inflación persistente y la falta de liquidez en divisas han creado un entorno donde empresas privadas, importadores y consumidores buscan refugio en monedas extranjeras.
Esta creciente demanda de dólares y euros no responde solo a necesidades comerciales, sino también a un comportamiento especulativo: quien tiene pesos, intenta cambiarlos lo antes posible para evitar perder poder adquisitivo.
Uno de los principales detonantes es la dolarización del consumo interno. Cada vez más productos y servicios solo están disponibles en divisas o mediante la Moneda Libremente Convertible (MLC). Sin embargo, la MLC ha perdido credibilidad.
Su paridad oficial con el dólar (1:1) ya no refleja su valor real en el mercado informal, donde se necesitan más de dos MLC para obtener un dólar.
La caída del turismo, que históricamente aportaba divisas frescas al país, ha agravado el panorama. Menos visitantes significan menos dólares circulando, lo que reduce la oferta y presiona al alza las cotizaciones.
Además, la producción nacional sigue cayendo por falta de insumos y energía, lo que empuja a las mipymes a importar bienes y servicios en divisas, alimentando la competencia por el dólar.
Otro factor clave es la emisión excesiva de pesos cubanos sin respaldo productivo. La circulación de dinero en efectivo —sumada al fracaso del proceso de bancarización— multiplica la velocidad de intercambio de pesos por dólares.
En este contexto, la demanda supera ampliamente la oferta de divisas, y el mercado informal se convierte en el termómetro real de la economía.
El análisis de OMFi advierte que el tipo de cambio ya no depende únicamente de la inflación o la actividad productiva, sino de la expectativa y la especulación.
Mientras no existan políticas efectivas para recuperar la confianza y atraer inversión o turismo, el dólar seguirá subiendo, reflejando la desvalorización del peso y el deterioro del poder adquisitivo de los cubanos.