Falleció el actor cubano Samuel Claxton a los 82 años

El reconocido actor cubano Samuel Claxton, figura emblemática del cine, la televisión y el teatro nacional, falleció a los 82 años en La Habana tras enfrentar un prolongado y delicado estado de salud, confirmaron desde la oficialidad. La noticia fue confirmada primeramente por la directora de casting Libia Batista Mora, quien en los últimos meses lideró múltiples campañas de ayuda para atender las necesidades básicas del artista, sumido en una profunda situación de vulnerabilidad en la capital cubana.

Lejos del foco mediático en sus últimos años, Claxton dependía del cuidado de su esposa y de la solidaridad ciudadana, ante la falta de apoyo institucional.

Enfrentó una serie de problemas de salud, incluyendo una operación por carcinoma de vejiga, una nefrostomía percutánea y severas limitaciones físicas que lo obligaron a abandonar su hogar en Alamar.

En abril y mayo, campañas impulsadas por Cubaactores y Batista Mora solicitaron ayuda urgente a través de redes sociales para conseguir pañales, sondas, bolsas colectoras de orina y una silla de ruedas, que finalmente le fue donada gracias a la colaboración popular.

“Gracias por la atención. Ya tengo la silla de ruedas para el actor Samuel Claxton”, publicó Batista pocos días antes del deceso del artista.

Muere el actor cubano Samuel Claxton: su legado no

Nacido en Camagüey en 1943, Claxton participó en más de 60 producciones teatrales y cinematográficas, consolidándose como uno de los actores más reconocidos de la escena artística cubana del siglo XX. Su personaje de Mantilla en la serie «Su propia guerra» y sus actuaciones en clásicos del cine como La última cena, En 3 y 2 y Caravana lo convirtieron en un rostro familiar para varias generaciones de cubanos.

En el teatro, también dejó una huella imborrable con su participación en obras como Santa Camila de La Habana Vieja y María Antonia.

La muerte de Claxton reabrió el debate sobre la crítica situación de muchos artistas cubanos en su vejez, sin respaldo económico ni atención médica por parte de instituciones como el Ministerio de Cultura o la UNEAC.