Más de mil alojamientos y anfitriones cubanos han quedado en el limbo tras la suspensión de pagos de Airbnb en Cuba, una medida que afecta directamente al sector privado vinculado al turismo, aseguró en un reporte hoy, el medio El Toque. 

La plataforma, clave para muchos emprendedores cubanos, pausó de forma indefinida los servicios de experiencias sin ofrecer una explicación clara ni una comunicación transparente con los afectados, aseguraron desde el citado medio.

Desde inicios de 2025, varios usuarios recibieron notificaciones sobre el pago de todas las reservas pendientes, incluso aquellas no realizadas. Días después, los calendarios de disponibilidad desaparecieron y muchas experiencias en Airbnb Cuba quedaron marcadas como “pausadas”.

Aunque la empresa sigue sin emitir una declaración oficial (en su sitio web no aparece ninguna comunicación oficial al respecto), algunos afectados vinculan la decisión con las restricciones derivadas de las políticas de la administración de Donald Trump y las limitaciones de empresas como Western Union, entre otras, que dejaron de operar en la isla.

Una de las personas afectadas, con una experiencia activa y calificación de 4.92, aseguró al Toque que los «obligaron a detener nuestras actividades en plena temporada alta. Lo mínimo sería reactivarlas”.

La suspensión afecta tanto a anfitriones de alojamientos como a organizadores de experiencias que recibían pagos dentro del país.

Ahora, Airbnb obliga a recibir los pagos en cuentas bancarias en el extranjero, lo que genera dificultades adicionales para los emprendedores cubanos, cuyo sustento era ese, en medio de estas suspensiones de Airbnb en Cuba.

Suspensiones y problemas que persisten con Airbnb en Cuba

Las opciones para continuar operando este negocio en la isla incluyen abrir cuentas fuera del país, depender de terceros o usar tarjetas virtuales.

Estas alternativas suponen comisiones elevadas, trámites adicionales y mayor dependencia financiera. Muchos, según el Toque, han reportado pérdidas superiores al 20 % por comisiones.

Además, no todos los anfitriones cuentan con familiares o amigos en el extranjero que puedan actuar como intermediarios. Y para quienes sí tienen cuentas fuera de Cuba, los obstáculos persisten: las plataformas detectan la localización cubana y bloquean la actualización de datos.

En grupos de WhatsApp, la alarma se encendió el 25 de febrero cuando los calendarios desaparecieron. A pesar de tener años operando, muchas experiencias turísticas en Cuba fueron suspendidas bajo el argumento de una “revisión interna”.

No es la primera vez que Airbnb tiene problemas en Cuba o por operar en la isla, bajo las restricciones del gobierno norteamericano y su cerco económico a la isla.

A inicios de 2024, un médico de origen cubano radicado en Florida, Estados Unidos, presentó una demanda contra Airbnb por lucrarse ilegalmente con una propiedad en Cuba. La demanda, la primera de su tipo, alegaba «tráfico» al incluir la propiedad en su sitio web sin compensar a la familia Parreño, dueña original del edificio de seis departamentos en La Habana.

El sitio web quitó la publicidad del alquiler de este apartamento en La Habana, pero lo estuvo rentando al menos hasta el 2022, a sabiendas de que estaba en litigio.