Según datos del oficialismo, las recargas desde Miami sostienen los millones de ETECSA. De esos 25 millones de dólares recaudados en poco más de un mes, casi el 100% proviene de esas recargas en su mayoría de esta ciudad que alberga a cientos de miles de cubanos en Estados Unidos. Mientras en Cuba se intensificaron las quejas por el elevado costo de las telecomunicaciones, el gobierno cubano encontró tras el tarifazo una fuente de ingreso estable y creciente en las recargas internacionales, especialmente las enviadas desde Miami, donde reside gran parte de la diáspora cubana.

Según datos presentados por el primer ministro Manuel Marrero Cruz, en solo 46 días desde la implementación del tarifazo, el monopolio estatal ETECSA recaudó casi 25 millones de dólares gracias a las recargas telefónicas realizadas desde el exterior, la mayoría provenientes de Estados Unidos, con Miami como principal centro emisor.

Estas recargas, que ofrecen combos tentadores en dólares con datos móviles, minutos y SMS, están fuera del alcance del cubano promedio, que no tiene acceso regular a moneda dura.

Millones para ETECSA en recargas desde Miami y el resto del mundo

En la práctica, el aumento de tarifas trasladó el peso del financiamiento de ETECSA a los familiares que viven fuera de la Isla, quienes envían recargas para mantener conectados a sus seres queridos.

De acuerdo con Marrero, los ingresos diarios actuales de ETECSA superan los 540.000 dólares, en contraste con los 10.000 diarios antes del tarifazo.

Esta diferencia multimillonaria no sería posible sin el flujo constante de dólares que proviene de ciudades como Miami, donde muchos emigrados han tenido que aumentar el gasto mensual en recargas para suplir las necesidades de sus familiares en Cuba.

El gobierno incentivó este mecanismo como una forma de alimentar la “caja central del Estado”, mientras afirma que los ingresos servirán para mejorar las infraestructuras tecnológicas en el país.

Sin embargo, muchos señalan que esta medida convierte a la emigración cubana en la principal fuente de financiamiento de un servicio esencial, que debería ser accesible y justo para los cubanos de dentro de la isla.

La situación ha sido calificada como una privatización informal disfrazada de soberanía tecnológica, donde el acceso a internet y la comunicación depende, en gran medida, de cuánto puedan o estén dispuestos a pagar los cubanos en el exterior, especialmente desde Miami, la ciudad que hoy se ha convertido en el principal salvavidas financiero de ETECSA.