Medios independientes informan que avanza por estos días la construcción de un hotel de 25 pisos en El Vedado mientras aumenta el deterioro urbano en La Habana y las muertes por derrumbes en la misma zona. En medio del creciente deterioro de la infraestructura urbana en La Habana, continúa avanzando la construcción de un hotel de 25 pisos en la esquina de 1ra y B, en El Vedado, un proyecto a cargo de la empresa francesa Bouygues, una de las compañías extranjeras con mayor presencia en el desarrollo de hoteles de lujo en Cuba.
La obra, que destaca por su magnitud y ritmo constante, contrasta con el visible abandono de barrios, edificios y servicios esenciales que afectan a la población habanera, precisó en un post el reportero Mario J. Pentón.
El nuevo hotel contará con 520 habitaciones, tecnología de punta y servicios de alto estándar, aunque las autoridades no han revelado aún su nombre ni mayores detalles oficiales. La falta de transparencia sobre el proyecto ha generado debate entre ciudadanos y especialistas, especialmente al observarse la prioridad que se da a la construcción hotelera a pesar de la crisis económica y las crecientes necesidades sociales.
A este proyecto en El Vedado se le suman otros dos hoteles que se acercan a su fase final en La Habana Vieja. Según comentarios de usuarios y residentes en la zona, el Hotel Corona, ubicado junto al Palacio Presidencial y construido en el terreno donde antes se encontraba la fábrica de tabacos La Corona, está próximo a inaugurarse.
De igual manera, el Hotel Metropolis, localizado en la calle O’Reilly en el histórico edificio de La Metropolitana —junto al Banco Nacional de Cuba— ya estaría casi listo para su apertura.
Estas construcciones han alimentado un fuerte sentimiento de inconformidad entre los ciudadanos, quienes denuncian que durante años el gobierno anunció planes para “incrementar el fondo habitacional”, creando la impresión de que se construirían viviendas para la población.
Sin embargo, como apuntan varios internautas, el término habría sido utilizado de forma ambigua para referirse realmente a “incrementar el fondo de habitaciones hoteleras”, objetivo que sí se ha cumplido pese a la falta de soluciones para el grave déficit de viviendas.
Mientras las inversiones turísticas avanzan con rapidez, muchos cubanos se preguntan por qué no se destinan esos recursos al mejoramiento de los servicios básicos, la rehabilitación de edificios en peligro de derrumbe o la construcción de hogares dignos.
Para ellos, el contraste entre hoteles de lujo y barrios en ruinas en La Habana y el resto del país es una prueba más de la desconexión entre las necesidades reales del país y las prioridades oficiales.
