La fábrica de refrescos, Los Portales S.A, ha estado más de cien días paralizada por falta de materias primas y ahora vuelve con un nuevo «producto estrella», el sirope en bolsa. ¿Qué está pasando con el refresco de gas?

Según medios del oficialismo, la entidad Los Portales S.A lanzó una nueva línea de producción en Guane y diversificó su oferta ante la escasez de materias primas para producir su producto más demandado, el refresco gaseado.

La fábrica, líder en la producción nacional durante muchos años, inauguró una nueva línea de producción en su planta ubicada en el municipio de Guane, en Pinar del Río con el objetivo, según ellos, de «diversificar su oferta y encontrar alternativas frente a la escasez de algunas materias primas».

Mario Venero, director de la fábrica, informó que la nueva línea se enfoca en la producción de siropes en bolsas, destinados tanto al sector turístico como al comercio minorista.

«Estamos lanzando los tres sabores básicos más demandados en el mercado: cola, naranja y gaseosa», explicó Venero.

Sirope en bolsas, nuevo producto estrella de Portales S.A

Tras completar con éxito la fase de puesta en marcha de las nuevas máquinas, la empresa está realizando ajustes en todo el proceso con el objetivo de iniciar una producción a gran escala de manera estable de este nuevo producto «estrella»: el sirope en bolsas.

A pesar de estar en esta fase de prueba, Venero aseguró que ya se están distribuyendo los nuevos productos en algunas instalaciones turísticas.

Explicaron que la fábrica tiene una capacidad de producción de un millón de bolsas anuales, que estarán disponibles en formatos de cinco, diez y 20 litros.

Además, Los Portales estarán apostando también por la producción de aguas saborizadas, un producto que ha ganado gran aceptación entre los turistas debido a su perfil ecológico y el uso de concentrados naturales.

Actualmente, se producen variedades de piña y manzana, y se está trabajando para incorporar el sabor de melón en un futuro próximo.

¿Qué pasa con el refresco gaseado? Explican que las limitaciones con las materias primas han golpeado seriamente y «la falta de dióxido de carbono ha impedido trabajar durante unos cien días».