Las autoridades aeroportuarias de Cuba han emitido nuevas advertencias a los viajeros sobre los riesgos y consecuencias de introducir alimentos y productos prohibidos al país.
La medida se da en medio de una delicada situación sanitaria, especialmente en la provincia de Matanzas, donde se ha detectado un incremento de enfermedades transmitidas por mosquitos.
Varadero refuerza el control sanitario
El Aeropuerto Internacional Juan Gualberto Gómez, de Varadero, alertó a los pasajeros sobre la importancia del control fitosanitario en sus puntos de entrada. En una publicación reciente, recordó que su personal especializado tiene la misión de “evitar la introducción de agentes biológicos que producen enfermedades perjudiciales a los animales domésticos, la fauna silvestre y el hombre en el caso de las zoonosis”.
El mensaje, difundido en redes sociales, busca concienciar a los viajeros sobre la necesidad de respetar las regulaciones sanitarias cubanas al ingresar al país.
Lo que no se puede llevar a Cuba
Cuba mantiene desde 2021 una exención arancelaria para la entrada de alimentos, implementada tras la grave escasez que siguió a las protestas del 11 de julio. Sin embargo, esta medida no elimina las restricciones sanitarias.
Entre los productos prohibidos se encuentran animales vivos. Sin embargo, hay excepciones para perros y gatos con certificado veterinario y vacuna antirrábica vigente. También están prohibidos carne fresca o congelada, leche no pasteurizada, embutidos, plantas, frutas y vegetales frescos. Además, no se puede llevar tierra, semillas sin procesar y productos biológicos o microorganismos peligrosos.
Las autoridades explicaron que estas limitaciones son esenciales para impedir la entrada de patógenos que puedan afectar tanto al ecosistema natural como a la salud humana y animal.
Productos que sí se permiten
Pese a las restricciones, se autoriza la entrada de ciertos alimentos procesados o envasados industrialmente, como conservas cárnicas esterilizadas de cerdo o ave, caldos concentrados, leche en polvo o UHT, quesos maduros y vegetales enlatados de marcas reconocidas.
También se aceptan artículos ornamentales de origen animal siempre que hayan sido tratados industrialmente. Estas excepciones permiten que los viajeros sigan enviando ayuda alimentaria a sus familias en la isla. Sin comprometer la bioseguridad nacional.
Una advertencia en medio de una crisis sanitaria
El mensaje del aeropuerto de Varadero no fue casual. Coincide con reportes del Ministerio de Salud sobre un repunte del dengue y la chikungunya en doce municipios de Matanzas. Hay especial incidencia entre los adultos mayores.
Las autoridades locales reconocieron que “está confirmada en mayor medida la transmisión de chikungunya, con una alta tasa de afectación, sobre todo en personas de la tercera edad”.
Este panorama ha provocado la reacción de organismos internacionales. La Embajada de Estados Unidos en La Habana, en coordinación con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), emitió una alerta sanitaria para los viajeros que se dirijan a la isla.
Un país en vigilancia sanitaria constante
La publicación del aeropuerto forma parte de un conjunto de medidas que buscan proteger las fronteras sanitarias de Cuba. Esto es necesario ante el deterioro epidemiológico. Aunque el gobierno evita reconocer públicamente la magnitud del brote, la alerta confirma un refuerzo de las inspecciones y de los controles aduaneros.
En medio de la crisis, las autoridades intentan mantener el equilibrio entre permitir la entrada de alimentos y proteger al país de nuevas amenazas biológicas.
La advertencia lanzada desde los aeropuertos cubanos subraya la necesidad de que cada viajero asuma un papel responsable en la prevención de riesgos sanitarios que podrían agravar aún más la frágil situación epidemiológica del país.