Santiago de Cuba atraviesa semanas complicadas por el aumento sostenido de enfermedades transmitidas por mosquitos. En medio de la crisis epidemiológica, especialistas del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí explicaron por qué el chikungunya se está expandiendo con tanta rapidez en la provincia.
A diferencia de otros virus transmitidos por el Aedes aegypti, esta infección presenta síntomas visibles en la gran mayoría de los contagiados, lo que multiplica los reportes clínicos y la gravedad de los brotes.
Un virus que se manifiesta en casi todos los infectados
Según el doctor Osvaldo Castro Peraza, por cada diez o quince personas infectadas con dengue, solo una llega a mostrar síntomas. En el caso del chikungunya, por cada diez contagiados, nueve manifiestan la enfermedad. Esto produce un aumento inmediato de consultas y genera la percepción de que los brotes son más agresivos.
El especialista explicó que no se trata de una enfermedad que desaparece en una o dos semanas. El proceso inflamatorio continúa después de la fase inicial y puede comprometer articulaciones y varios órganos.
Entre los síntomas más frecuentes mencionó fiebre muy elevada, dolores articulares incapacitantes que afectan varias zonas del cuerpo de forma simétrica, erupciones en la piel y casos de conjuntivitis o ganglios inflamados.
Riesgo de complicaciones neurológicas y cardíacas
El médico advirtió que existen formas graves de chikungunya. Entre las complicaciones más peligrosas están la meningoencefalitis, la mielitis y el síndrome de Guillain-Barré. También pueden aparecer daños cardiovasculares.
“Un enfermo de chikungunya debe hacer reposo porque sus órganos están dañados. Si realiza actividad física corre riesgo de sufrir una arritmia u otro evento cardiovascular”, señaló Castro Peraza.
Se han documentado además complicaciones hepáticas, renales, episodios hemorrágicos y lesiones dermatológicas severas.
Fases de la enfermedad y quiénes deben ser hospitalizados
La fase aguda comprende desde el primer día hasta la tercera semana. En ese período la inflamación es activa y exige vigilancia médica constante. Los adultos mayores solos o con enfermedades crónicas, los menores de un año, las embarazadas y los pacientes con fiebre persistente, deshidratación o desorientación deben ser ingresados.
La etapa subaguda, de tres semanas a tres meses, mantiene los dolores articulares sin criterios de gravedad. La mayoría mejora antes del tercer mes, aunque algunos pacientes pueden pasar a una fase crónica con derrames articulares o dolor prolongado.
Tratamientos recomendados y restricciones
En la fase aguda se indican reposo, hidratación y medicamentos para controlar fiebre y dolor. El paracetamol y la dipirona son la primera línea. El tramadol queda como alternativa, mientras que la aspirina está contraindicada. También deben evitarse ibuprofeno y otros antiinflamatorios en los primeros días.
Los antiinflamatorios no esteroideos pueden usarse después, en la etapa subaguda, por períodos cortos. En algunos casos se recurre a prednisona a bajas dosis por pocos días.
En la fase crónica, el manejo del dolor y de las secuelas corresponde a equipos multidisciplinarios y especialistas en reumatología. El doctor señaló que las vitaminas del complejo B ayudan a aliviar la afectación de los nervios periféricos.
Jusvinza: un posible apoyo terapéutico en estudio
La doctora María del Carmen Domínguez Horta, del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, explicó que el fármaco cubano Jusvinza —utilizado en covid-19 y creado originalmente para artritis reumatoide— podría tener utilidad por su acción inmunomoduladora. Sin embargo, aclaró que aún no está aprobado para el chikungunya.
Actualmente se desarrollan ensayos clínicos y estudios en el hospital Faustino Pérez de Matanzas, y solo después de esos resultados el medicamento podría incorporarse a los protocolos.
