¿Fiebre del oro en Cuba? Cada vez más cubanos buscan el mineral como vía de sustento, pese a las condenas del gobierno

La fiebre del oro en Cuba no se detiene. Aunque la minería ilegal está perseguida con juicios y sanciones, cada vez más personas se arriesgan a extraer el mineral en ríos y yacimientos apartados. Esto ocurre porque, en medio de la crisis, es una de las pocas actividades que ofrece ganancias rápidas y tangibles.

Condenas en Guantánamo

El Tribunal Municipal de Yateras condenó a cinco ciudadanos a penas que van de un año y seis meses hasta dos años y siete meses de prisión. Esto fue por extraer oro en los márgenes del río Toa, dentro del Parque Nacional Alejandro de Humboldt, declarado Patrimonio de la Humanidad.

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Además de las sanciones de cárcel, se les decomisaron los instrumentos empleados y se les prohibió salir del país. La prensa local calificó el juicio de “ejemplarizante”, aunque no precisó la fecha exacta del proceso ni cuándo fueron descubiertos los hechos.

El atractivo del oro en un mercado global en alza

El interés creciente por la minería ilegal también está vinculado al contexto internacional. En 2025, el oro ha alcanzado precios récord, superando los 3.700 dólares por onza troy en los mercados internacionales. Ese valor convierte a cada gramo extraído en una riqueza inmediata. Explica por qué, pese al riesgo de sanciones, muchos cubanos ven en la actividad una oportunidad más rentable que cualquier empleo formal en la isla.

Aunque quienes extraen oro de manera rudimentaria en Cuba no tienen acceso directo al mercado global, saben que el metal precioso es uno de los pocos bienes que no pierde valor. En el mercado interno siempre encuentra salida, ya sea como polvo de oro o en pequeñas piezas procesadas de forma artesanal.

Reservas y potencial minero en Cuba

A lo largo de los años se han identificado yacimientos auríferos en varias provincias. En Camagüey, en la zona de Loma Jacinto, se estiman unas ocho toneladas de oro en depósitos minerales. También en Las Tunas, en la zona conocida como Golden Hill en Jobabo, también se reportan importantes reservas, consideradas incluso superiores a las de Camagüey.

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En Ciego de Ávila, en la zona de El Pilar, y en yacimientos explorados por empresas mixtas, se han proyectado cifras de cientos de miles de onzas de oro recuperables. Aunque la información oficial sobre las reservas totales es escasa y poco transparente, los estudios geológicos sugieren que Cuba conserva potenciales significativos de explotación aurífera aún no desarrollados de forma industrial.

Entre la represión y la necesidad

La minería ilegal es castigada severamente, pero el fenómeno persiste. En Villa Clara, Las Tunas y Camagüey se han desmantelado campamentos clandestinos donde se empleaban plantas eléctricas, turbinas y molinos artesanales para obtener polvo de oro. Solo en Ciego de Ávila fueron juzgadas más de 60 personas en 2022 por este delito, aunque en 2021 la cifra superó los 300 encausados.

Para muchos cubanos, arriesgarse a buscar oro es un modo de sobrevivir en medio de salarios que no cubren lo básico y mercados desabastecidos. Lo que para el Estado es un delito ambiental y económico se convierte, para la gente, en una de las pocas vías que aún pueden proporcionar ingresos reales en medio de la crisis más profunda en décadas.

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